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EL BULEVAR DE LA VIDA

Los presidenciables

DANILO, LEONEL Y JUAN LUIS GUERRA. Aunque Ud. no lo crea, arrancó ya la lucha por la nominación presidencial en nuestra partidocracia. En el caso del PLD, todo gira en torno a las aspiraciones de seguir o de volver de Danilo Medina y Leonel Fernández, respectivamente. A partir de los acuerdos o desacuerdos entre estos dos señores, veremos acrecentarse o disminuir en el partido morado la lucha por la candidatura presidencial. En ese aspecto, deben ser cuidadosos los peledeístas, pues la ruptura formal entre los dos PLD, lograría el milagro, -no de la multiplicación del pan y los peces-, pero si el de echarlos del Palacio Nacional. Danilo y Leonel, -como Juan Luis Guerra-, “tienen la llave”, sí, pero no sólo la del corazón de sus respectivas señoras, sino del triunfo o del fracaso del PLD en 2020.

EL FEN”MENO COLLADO. El caso del PRM merece especial atención, pues mientras Abinader y Mejía gastan en su campaña el tiempo que deberían utilizar para fortalecer institucionalmente su organización todavía en fase M, (pero no de Moderno sino de Mientras tanto), su joven compañero, David Collado, está cada vez mejor asesorado, y más obediente cada vez del guión y las estrategias de sus asesores. Por eso, cual Desiderio Arias, solicita a su propio partido y sus compañeros “que lo dejen trabajar”, con o sin machete, convencido de que, ante la desconfianza de la ciudadanía hacia los partidos y los políticos, hoy nada es más acertado que trabajar, trabajar, trabajar y contarlo, evitando las discusiones politiqueras y bizantinas. Que por tus buenos hechos te conozcan, y que por ellos de a poco se enteren que existes. Siguiendo un envidiable guión, al estilo de los discursos de Barack Obama en sus tiempos de aspirante presidencial, Collado ha llamado a los políticos “a enterrar el odio, las divisiones y las rencillas para dar paso a la unidad y al consenso en la búsqueda de soluciones a los problemas más importantes que afectan al país”. Y dijo más: “Vamos a dejar a un lado los benditos intereses políticos que tienen a esta sociedad dividida, vamos a trabajar unificados”. ¡Toma ya!

EN EL TIEMPO DE LOS PARTIDOS MANCOS.- El alcalde del Distrito es dirigente de un partido, pero actua y se expresa como si no lo fuera, lo que está muy bien, pues significa que sus asesores han entendido por dónde van los tiros de la política en el mundo actual. Y es que los partidos no son ya instituciones que defienden una ideología, que tienen unos principios y promueven unos valores, sino que son simples plataformas, vulgares maquinarias electorales para, con las armas del clientelismo,, llegar al ciudadano y llevarlo a votar en las elecciones. Y, como quien va para cualquier parte ya llegó, al no militar en nada son capaces de todo. El mejor ejemplo de esto lo representa el mismísimo PLD, con estatutos de centro izquierda pero triunfos electorales por la derecha; por no hablar del PRD, a quien en 1978 le ocurrió lo mismo. Hoy, es un partido socialdemócrata en papeles y ultraconservador o cualquier cosa en los hechos, y a la defensa de la vida de las mujeres en la Constitución 2010 y en el nuevo Codigo Penal me remito.

“COMO UN PÁRROCO EN UN BURDEL” Esta nueva realidad política es la que los asesores de David han entendido. Si a esto usted le suma las inmejorables relaciones del alcalde con el Poder Ejecutivo y con la tendencia dominante en el PLD, si lo adereza con el tomillo y la albahaca del irrestricto apoyo de un poderosísimo grupo económico del país, más la mano amiga de otros dos, es que para el 2020 a este muchacho sólo le falta el abrazo de la Embajada, un desayuno con cierta “sociedad civil” mediáticamente sonora, y un par de almuerzos en la Cámara Americana de Comercio. ¿Estará el joven alcalde a la altura de las circunstancias y de la oportunidad que el azar de la política y los planes corporativos/empresariales han colocado en sus manos? El tiempo lo dirá. Mientras tanto, si yo fuera Hipólito, Leonel o Luis Abinader, cual Sabina, estaría “más inquieto que un párroco en un burdel”, o sea, “más bronco que una guinea tuerta”, quiero decir. Con su permiso.

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