Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

Tiempo para el alma

“Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré”. Mt. 11: 28.

No tiene que ser para siempre; esa carga, ese agobio, no puede ser tu condición permanente. No. Dios te hizo para ser feliz no para vivir en la angustia y en el desasosiego; tampoco para vivir en depresión; mucho menos para que seas receptáculo de los problemas de los demás convirtiéndolos en tuyos, envueltos en una carga pesada para llevar a cuestas. Es complejo desprenderse, pero puedes dar un primer paso (y no quiero decir que te conviertas en una persona irresponsable o desentendida) tomando un tiempo de intimidad con Jesús, de conversación con Él en un espacio íntimo, privado, a solas. Puedes sencillamente hablarle, y hablarle y hablarle, y luego quedarte en silencio y escuchar hasta llegar a la quietud del Espíritu. Escucha nada y escucha todo; escucha lo que piensas que viene de ti y lo que piensas que viene de Él, no importa; esta íntima interacción te dará alivio, te descargará, y a la vez te llenará de su Espíritu Santo. No es un juego, es algo cierto y real. No importa qué tan alta sea tu investidura, tampoco cuántas sean tus cargas o qué tan lejos de Dios te sientas, ve a los pies de Jesús, ese que te llama en medio de tu cansancio y tu agobio, y te dice: Yo te aliviaré. Inténtalo, vale la pena y luego valdrá la alegría y la paz.

Tags relacionados