Terminar bien

Evadiéndose los reclamos de la sociedad por un pacto fiscal con reformas políticas, y presionado por una economía lenta con variables problemas de fondo, fuertemente sustentada por un acelerado endeudamiento, el señor presidente Medina agota el primer ano de su segundo período constitucional con sectores del Gobierno que empiezan los improcedentes intentos de la reelección, situación que bien puede generar una desintegración del pueblo dominicano para tomar decisiones a destiempo.

A mi modo de ver, los interesados en el continuismo del Sr. Presidente le están barajando dos cartas. Una es la interpretación judicial de la modificación de la cláusula que prohíbe la reelección, que sería una extendida creencia de carácter institucional políticamente ilegítima. Y la otra, aplicar la democracia bajo la soberanía popular, donde justamente el pueblo por unanimidad tome la decisión de la rancia estirpe a favor o en contra de la reelección.

Es bien conocido que para esta segunda opción, es difícil reclutar la postura compleja de los pueblos, pero en las naciones democráticas, las sociedades toman la libertad de hacer lo que se debe querer y no ser obligado a hacer lo que no debe quererse .

Sin poder sostener a ciencia cierta si el señor Presidente en realidad, aspira nuevamente a reelegirse, existen numerosos ciudadanos dominicanos independientes de credo o simpatía política, que bajo una honda meditación se hacen la siguiente pregunta: Si a un líder por popular que sea, ¿no le bastan ocho años? Entonces, ¿cuántos años le serán suficientes?... Ojalá el Presidente ponga todo su empeño en terminar bien.