Mis párrocos

Hoy se celebra en la Iglesia el Día del Párroco. Es la fiesta de un párroco, de un sacerdote rural, de la Francia del siglo XIX. Padre, el cura de Ars. En todas nuestras ciudades y municipios hay un párroco. Cuánto agradezco yo a los párrocos, a los sacerdotes que conocí. Padre Tomás Núñez, de él se recuerda todavía, en Higüey, cómo se quitaba el pantalón para dárselo a los pobres. Eso nos marca, eso nos ayuda, siendo nosotros jóvenes; o al padre Guillermo Rodríguez, que con ese sentido de ser hombre, antes que ser sacerdote, nos dejó un ejemplo de ser íntegros, enteros; de hacer el padre Luis Gómez, mi párroco, a quien admirábamos tanto, que nos ayudó tanto a los jóvenes, a los hombres, que dio el ejemplo de una gran virilidad como hombre, pero también de una gran honestidad. Nunca podremos olvidar los de Higüey cómo muchas mujeres se les lanzaban delante y cómo el mantuvo íntegro su celibato, y se les ofrecían de cualquier manera. O poder recordar también al padre Scala, un sacerdote cubano, misionero, que entregó su vida; cuanto agradecen las comunidades la fe de este hombre y su esfuerzo; o al padre Benito Taveras. Estos hombres que yo conocí, que me dieron ejemplo de vida íntegra, cuánto agradecemos a los párrocos, en los párrocos. Esos sacerdotes que se entregan y que andan por nuestros pueblos, démosles gracias por todo el bien que hagan.

Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.