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EL BULEVAR DE LA VIDA

“DIOS APRIETA PERO NO AHOGA”

Tal que, cuando anda el superior gobierno buscando los “chelitos” para sostener el Sistema Nacional de Atención a Emergencia y Seguridad 911, -(por lo que acaba de hacerse aprobar en el Congreso un nuevo impuesto a las telefónicas)-, pues viene Dios a demostrarnos que él aprieta pero no ahoga. No ahoga, y con el nuevo estudio de la Organzación Mundial de la Salud, nos ofrece hasta el desahogo, la salida, o sea, la herramienta para buscar esos chelitos y no seguir encareciendo el servicio telefónico y de Internet, pues las telefónicas no harán otra cosa que no sea transferir esos pagos al usuario.

EL ESTUDIO DE LA OMS Hablo del estudio: “Epidemia global del tabaco”, 2017, donde se demuestra que aumentar su precio a través de impuestos “es la forma más eficaz de reducir su consumo e incitar a los compradores a dejar de fumar, si bien es la menos utilizada a nivel global”. Esa alza, “es especialmente efectiva entre las personas fumadoras de bajos ingresos y como forma de prevenir la iniciación temprana al tabaquismo entre los jóvenes”. Además, la investigación recuerda que una de cada diez muertes en el mundo es causada por el tabaquismo. Es a partir de este estudio que uno, sin ningún gadejo, y desde “su falta de ignorancia”, recomienda al superior gobierno que, antes de promulgar el proyecto aprobado ya en ambas cámaras legislativas, eche un ojo -o mejor los dos- a este estudio de la OMS sobre el jodido tabaco, que es más dañino que un mal consejo pero -todavía- más popular que un Hyundai Sonata Gris.

LA CONFERENCIA DE GUAROCUYA Pero en esa misma línea de lecturas recomendadas, hay más y no en El Show, sino en otro texto útil para el gobierno. Hablo de una conferencia reciente de uno de sus funcionarios mejor formados, con mayor experiencia de Estado y uno de los más éticos y mejor valorados por la ciudadanía, el economista Guarocuya Félix Paniagua, miembro del Comité Central del PLD y actual administrador del BANDEX, quien al referirse a la política fiscal, y para darse a entender, presentó un dato demoledor: “67 de cada 100 pesos que recauda el Estado provienen de los bolsillos de los más necesitados”. Estos numeritos nos hicieron recordar los días en que el gobierno, procurando sus chelitos, habló de la necesidad del pacto fiscal que manda la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo, y de la urgencia de revisar las exenciones fiscales al sector privado. A ese llamado gubernamental respondieron los sectores afectados con la formación de una especie de “partido no partidario”, “movimiento de presión impresionado”, al que llamaron: Iniciativa por la Institucionalidad Democrática. El gobierno entró en pánico ante el poderoso frente que se le había echado encima (una especie de Marcha Verde pero con más dinero y menos gente) y mandó a enterrar hasta el día de hoy el pacto fiscal y la revisión de las exenciones.

“PERO EL CADÁVER SIGUI” MURIENDO” Fue así como, sorprendentemente, un buen día, alguna tarde, los muy señores descubrieron “la importancia de la estabilidad macroeconómica”, “lo fundamental del respeto al orden constitucional”, y entonces vieron luces donde antes veían apagones; flores donde según ellos sólo había espinas, y cesaron los comunicados de alzado pecho; pero el cadáver de las exenciones fiscales, como el poema de Vallejo, “ay, siguió muriendo”, muriendo y durmiendo, hasta que Guarocuya Félix, con su conferencia, vino a recordárnoslo: “De los 252,000 millones de pesos en que se calcula las exenciones fiscales, el 50 por ciento van a las personas”, lo que quiere decir que, para hacer sostenible el Sistema 911 y otras iniciativas sociales, al señor gobierno le quedan por revisar -una a una- exenciones al sector privado por unos 126,000 millones de pesos. Revisar las exenciones, eso, aunque vuelvan los almuerzos y se reinicie con gadejo otra “Iniciativa por la Institucionalidad Democrática”.

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