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Manejo del CNM

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Luis Encarnación PimentelSanto Domingo

Ante la fuerte presión montada por la sociedad civil y sectores de la oposición en ocasión de la escogencia de cuatro jueces faltantes en la Suprema Corte de Justicia y la integración de un nuevo Tribunal Superior Electoral, el manejo del Consejo Nacional de la Magistratura fue sobradamente equilibrado, prudente e inteligente. Sus escarceos, prejuicios y hasta algunos comentarios precipitados o fuera de tono y de lógica siempre los habrá, pero en sentido general la impresión del grueso de la sociedad dominicana sobre la selección que hizo el CNM ha sido la mejor. Con todos los ojos encima, y con factores como la credibilidad y la paz social en juego, el reto del órgano superior era muy grande. Además de los intereses envueltos, con una sociedad civil abogando por colocar jueces que respondan a consabidos planes externos y locales de judialización la política (¿), con miras de poder enjuiciar a cualquier figura que se le ocurra (se recuerda que, sin medir las consecuencias, en el documento oficial de la última Marcha Verde se mencionaban los nombres de los tres últimos dirigentes que han pasado por la Presidencia). Pero igualmente, ante una oposición -con el PRM a la cabeza- que quería jueces “independientes”, cuando nadie lo es, y eso solo es un reclamo que responde a intereses, y que, sin poder colocar a los de su simpatía, nunca quedaría conforme con nadie que pusiera quien dispone de una mayoría conseguida en las urnas. El PRM, en un saludable y oportuno equilibrio democrático, consiguió mucho al lograr su principal pedido público de que no quedara nadie en el TSE, pero sus representantes en el CNM debieron cuidar algunas formas y normas de los órganos colegiados. Su misión allí era de vigilancia y control, no la de exclusión ni la de imponer nada. Si el PLD fue flexible y cedió, pese al control político en sus manos, es algo que debió valorarse, sin precipitación con críticas que afectaban la integridad o tornaban empedrado el camino a los magistrados recién llegados. Un rechazo puro y simple -o de plano- , solo podía llevar a que el PRM convirtiera en derrota lo que en principio fue ganancia política, si medimos las cosas a partir del respaldo mayoritario que ha recibido el trabajo de CNM en la sociedad. Las contradicciones de la oposición con la elección dicen que esta fue buena.

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