Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

VIENTO SUR

El Tribunal Superior Electoral

La mala costumbre de elegir cuadros políticos para que hagan de jueces en los tribunales de mayor jerarquía del país ha hecho un daño terrible a la credibilidad ciudadana en la efectividad de la justicia.

El Consejo Nacional de la Magistratura acaba de seleccionar a cinco miembros del Tribunal Superior Electoral y a cuatro de la Corte Suprema de Justicia, los que en sentido general representan un cambio sustancial porque no se trató de la acostumbrada imposición del partido con mayor representación en ese órgano, sino un esfuerzo de entendimiento que facilitó incluir algunos jueces independientes y con probada honestidad.

Aunque cuatro de los anteriores miembros del Tribunal Superior Electoral intentaron continuar en la posición, el Consejo tuvo la suficiente sensatez como para dejarlos fuera a todos.

Y esa decisión ha encontrado más respaldo en la población que incluso la designación de los nuevos integrantes de esa importante cámara donde se ventilan los conflictos políticos de los partidos.

Los magistrados salientes del Tribunal Superior Electoral se hicieron ellos mismos su expediente, principalmente durante el conflicto interno en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), donde la parcialidad de esa autoridad fue tan evidente en torno al sector que domina Miguel Vargas Maldonado, que para muchos la consideraron en el futuro como “La Tremenda Corte” que inmortalizó Leopoldo Fernández.

El PRD llamó a una convención para elegir al presidente de esa organización, compitió Vargas Maldonado y Guido Gómez Mazara. Al segundo y a sus seguidores no los dejaron votar, Vargas Maldonado no solo ganó la convención, sino cuando fue proclamado presidente, también lo eligieron candidato presidencial, sin que ese punto figurara en la agenda de la convocatoria pública.

Todo eso lo validó el saliente Tribunal Superior Electoral y rechazó, una por una, las instancias de Gómez Mazara que impugnaban los resultados de una convención que vio todo el país y registraron todos los medios.

Dos hechos posteriores explicaron claramente esa parcialidad: El PRD fue a las elecciones aliado al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), al que evidentemente le convino la división del “partido del jacho prendío y el buey que más jala”, y los resultados electorales fueron la más fiel demostración de que era la fuerza minoritaria dentro del PRD.

Si se recuerda que el PRD que le otorgó el Tribunal Superior Electoral a Vargas llevaba como candidato presidencial al presidente Danilo Medina, tenía la casilla número uno en la boleta única y fondos estatales (por ley) equivalentes a los del PLD, el resultado de caer de 47% en 2012 a 5% en 2016, demostró que perdió claramente su base para beneficio del PRM que sin plataformas organizativas sacó seis veces más votos.

Ese Tribunal no solo se colocó de espaldas a las bases de los partidos que la misma Constitución dice que son los que escogen a sus dirigentes y a sus candidatos en condiciones de competencia e igualdad de oportunidades, sino que se quemó para el resto de sus decisiones.

No tengo el honor de conocer a todos los nuevos integrantes del Tribunal Superior Electoral, pero a los que conozco y son mis amigos, les reconozco honestidad y confío –hasta prueba en contrario- que actuarán conforme al derecho y al interés nacional, por encima de directrices políticas que a la postre hacen más daño que bien a la democracia.

Lo que no pueden hacer los nuevos miembros del Tribunal Superior Electoral es convertirse en vasallos de jefes políticos y mucho menos colocarse de espalda a los derechos de los ciudadanos en general, pues por igual se quemarían y dañarían sus carreras.

¡Y haréis justicia!

Tags relacionados