De cuatrero a héroe

Por lo que relata el historiador Euclides Gutiérrez Félix sobre él, es el personaje más disímil. Hasta llegar a ser Presidente, fue repartidor de pan cuando niño, de joven cuatrero y un líder militar que se destacó en las guerras para evitar la anexión a España y luego a Estados Unidos.

En la Guerra de Restauración, junto a su protector, el héroe Gregorio Luperón (líder del Partido Azul), alcanzó el grado de teniente. Ambos se llenaron de gloria en la Guerra de los Seis Años, evitando que el caudillo del Partido Rojo, Buenaventura Báez, lograra la anexión del país a Estados Unidos o le arrendara la península de Samaná.

Se agregan sus condiciones de letrado: en su obra “Las Dictaduras Dominicanas” el profesor Juan Bosch recoge la impresión del ilustre Pedro Henríquez Ureña cuando vio que en un discurso Lilís uso tres idiomas: español, inglés y francés.

Euclides afirma que Ulises Heureaux es el más atípico de todos los caudillos dominicanos, del que se cuentan docenas de anécdotas, refranes, chistes macabros, salidas ingeniosas; y describió la vez que, muy encolerizado, el respetado general José María Cabral ordenó su fusilamiento por cuatrero.

Durante la Guerra de los Seis Años, en el Sur del país, Lilís peleaba bajo las órdenes de Cabral, pero se dedicaba al robo de ganado y lo vendía en Haití, en complicidad con un general haitiano. Era un bandido tan osado, que una vez se robó el caballo ensillado y preparado de su propio jefe, el general Cabral, y ejecutó una de sus correrías.

Cabral, que le había perdonado otros pillajes, ordenó su apresamiento e inmediato fusilamiento. La gente decía: “al negro Lilís no lo salva ni checheré”. Pero tenía un resguardo de brujería y más vidas que un gato. El general Andrés Ogando, hermano de Juana Ogando, amante de Lilís (con varios hijos), intercedió por él, frente a Cabral.

Años después de aquel episodio, cuando Heureaux era Presidente (dictador tenebroso), recibió la visita de Cabral, enfermo y achacoso por los años. El viejo héroe no podía subir las escaleras del Palacio Presidencial, Lilís bajó a ayudarlo, como un hijo amoroso a su padre.

El Presidente observa a Cabral y le dice: “Tanto que yo quiero a este viejo y él trató, en dos ocasiones, de fusilarme en el Sur, cuando los seis años de Báez”. Cabral no se amilanó y le dijo: “por amigo de lo ajeno”. Lilís, sin incomodarse, sonreído, contestó: “yo estoy curado de ese “licio””.

Este miércoles 26 de julio es el aniversario de la muerte de Lilís o la Gesta de Moca, que encabezó el triunvirato de revolucionarios compuesto por: José Brache, Horacio Vásquez y su primo Mon Cáceres. Honremos su memoria.