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ORLANDO DICE

El financiamiento de los partidos

NO CON AHORROS.- Los dominicanos que se dedican a la política saben que los partidos, las campañas y los candidatos no se financian con los ahorros de dirigentes y militantes. Como en los negocios buenos, no se usa dinero propio, sino ajeno que llega por diferentes vías. La política no era tan cara tiempos atrás, y los partidos y las campañas y los candidatos se las bandeaban. Mucha gente no recuerda, pero hubo una época en que el sustento principal o mayor eran las exoneraciones. Traer libre de pago por Aduanas todo lo que fuera necesario para competir adecuadamente. Los partidos o los candidatos (en particular de oposición) no traían tractores porque era demasiado obvio, pero después, de todo. Pero era una práctica consentida, y mal de muchos, consuelo de tontos. El problema vino con la inflación. Todo empezó a costar más, las elecciones se multiplicaban, y el donante habitual puso el grito en el cielo. La solución fue el financiamiento público. Que del Presupuesto Nacional se sacara un porcentaje y se destinara a cubrir los gastos de la política…

LOTERÍA SIN PREMIO.- Cuando la política era romántica (aunque sin boleros ni bailar pegado) se recurrían a medios que parecían inocentes, pero eran arteros. Las rifas de carro, por ejemplo. Era frecuente ver por aquellos días uno que otro recuadro en los periódicos en que se informaba la posposición de determinado sorteo. Comprar el boleto era una forma de colaborar económicamente, y no se tenía verdadero deseo de sacarse esa lotería. Incluso, no se recuerda que ninguno de los abonados denunciara lo que en apariencia era una tomadura de pelo, pero en realidad un timo. Eran los tiempos del financiamiento privado, y la burla se aceptaba con humor. Como las cenas de recaudación, en las que se comía poco, se bebía nada, y como quiera, al final, la bolsa resultaba precaria. Más cara la sal que el chivo, en la mayoría de las ocasiones…

LA TETA DE LA VACA.- El financiamiento público de la política en República Dominicana fue obra de circunstancia y no de razón. La modalidad fue traída de manos por José Francisco Peña Gómez y fue una de las tantas consecuencias de la crisis post-electoral del 1994. Hubo que celebrar elecciones presidenciales en el 1996, y cuando llegó el momento de los comicios de medio término de l998 (congresuales y municipales), la caja registradora de la oposición no tenía ni un chele. Peña Gómez argumentó entonces que no era correcto ni adecuado ni conveniente tocar de nuevo las puertas de los sectores o personas que contribuyeron en las campañas de 1994 y de 1996. Era justo que tuvieran un respiro y que el Estado cargara con ese peso vivo. Como sucede en estos casos, se hizo la comparación, y resultó que el país estaba atrasado en materia de financiamiento…

OBRA DE PEÑA GÓMEZ.- Digo que la iniciativa fue de oposición porque no solo fue planteada por José Francisco Peña Gómez, sino que el PLD era gobierno y el PRSC (maña fuera que no) contaba con medios, aun fuera del poder, para costear la campaña de sus candidatos. Incluso debe decirse, y el dato es bueno para la historia, que el financiamiento público fue discutido en esas especies de cumbres que suelen celebrarse con grandes dificultades. Creo que en la Madre y Maestra, y con Agripino Núñez en el medio. Y dicho episodio debe recordarse, pues en la ocasión se quiso ir más lejos, y no solo acordar sobre financiamiento, sino debatir una ley de partidos. El PRD quiso el financiamiento y que más adelante se abordaría el tema con la amplitud debida. Y como dicen en la calle: “masinunca”. El PRD “cubió” entonces al PLD…

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