Males en Cultura

Dejar a alguien sin el seguro médico o quitarle una pequeña entrada que apenas alcance para una parte de las pastillas recomendadas tras los achaques de salud, es un acto criminal, antipolítico y reprochable, se trate de un ciudadano común, de un artista o de un trabajador de la cultura con aportes y méritos sobrados. Los casos del recién fallecido promotor artístico Cholo Brenes, del artista José Emilio Joa (El Chino) y del intelectual Luis O. Brea Franco, son solo un detonante de una cadena de atropellos, maltratos y pasos erráticos en perjuicio de figuras importantes del sector que han estado sucediendo en el Ministerio de Cultura tras la llegada del señor Pedro Vergés como titular. ¿Cuál es el criterio o el por qué el resentimiento que prevalece en la nueva gestión de Cultura? Es un secreto a voces -pero queja al pecho- que en vez de una línea y una política de cuidar, proteger y valorar a los activos, a los creadores, a los que contribuyen con sus obras y sus ideas a mantener la identidad del país, desde la actual administración de Cultura se les golpea, ignora o restringe. Una de las primeras medidas del ministro Vergés, tras su llegada a la institución, en lugar del artista José Antonio Rodríguez, fue desmantelar un Consejo de Cultura que encontró allí, integrado por figuras de la dimensión de la exsecretaria de Educación y exvicepresidente, doña Milagros Ortiz Bosch, Freddy Ginebra y el doctor Yunén, entre otros. Algo trastornador, que incluso mereció la intervención de monseñor Agripino Núñez Collado, como mediador, han sido las contradicciones del exembajador Vergés con la directora general de Cine, Ivette Marichal; con el Comisionado de Nueva York, y con la dirección de la Biblioteca Nacional, porque el ministro alimentaba la idea de modificar unas cuatro leyes para que todas estas instituciones pasaran a su total control. No se pudo, no se le dio, y hasta se sabe de una que otra desautorización desde las “alturas” (en materia de cine, que se va abriendo amplio camino en el país tras la Ley, se sabe de una inversión local de unos cien millones de dólares que preocupó que se pusiera en riesgo con la idea de Vergés). De otro lado, y como gran mal de fondo, también está la dispersión y disgusto del sector de artistas plásticos e intelectuales que trabajaron en varios movimientos a favor del proyecto político del presidente Danilo Medina y que, salvo los del equipo coordinado por Vergés, ninguno ha sido nombrado. Todos están en el aire, desde la dinámica Verónica Sención hasta el prestigioso pintor Antonio Guadalupe. Algo anda mal (¿?).