Domingo Savio

El Proyecto Domingo Savio, en los últimos meses ha salido a la palestra pública, haciendo referencia indirecta, con este nombre, a la hermosa labor que la familia de Don Bosco ha realizado en nuestro país por más de ochenta años.

Hablar de Domingo Savio es señalar las huellas dejadas por los salesianos en la parte alta de la ciudad, zona oeste del río Ozama, en el sector del Distrito Nacional, de Los Guandules y La Ciénaga.

El barrio Domingo Savio nace en los años sesenta, al arrullo de la Parroquia María Auxiliadora, obra salesiana que hoy cobija al Instituto Técnico Salesiano (ITESA), Escuela Oratorio María Auxiliadora (OMA), Escuela Madre Mazzarello, Oratorio Centro Juvenil María Auxiliadora (CEJUMA), Canillitas con Don Bosco, Muchachos y Muchachas con Don Bosco y Radio Juventus Don Bosco.

Es agradable la noticia de que el Gobierno ejecutará un proyecto de renovación de este barrio, con el mismo concepto con el cual dignificó La Barquita.

Domingo Savio será el próximo proyecto de URBE, sigla que significa “Unidad Ejecutora de Readecuación de La Barquita y Entorno”.

Del proyecto Domingo Savio se beneficiarán unas 13,000 familias, integradas por unos 45,000 habitantes. Estas personas tendrán un lugar y ambiente digno para vivir, podrán salir así de su estado de vulnerabilidad.

Otro aspecto positivo del proyecto es que tendrá como feliz resultado la continuación del saneamiento del Ozama y de su entorno, aportando así muy significativamente al cuidado de la Casa Común, como dice el Papa Francisco en su Carta Encíclica ‘Laudato si’, y dándole un rostro humano a este tan maltratado río.

Pues bien, este hermoso proyecto lleva el nombre del jovencito que asimiló ejemplarmente el sistema educativo de Don Bosco, Padre y Maestro de la Juventud. Nacido también, Domingo Savio, en un ambiente de pobreza, de un padre mecánico y de una costurera.

Es el mismo Domingo Savio que dio testimonio de un comportamiento rectilíneo que sirve de ejemplo para los muchachos de nuestros días, a quienes les recuerda el propósito hecho el día de su primera comunión: “Antes morir que pecar”.

Unas palabras sencillas de la mamá de Don Bosco definen la grandeza de ese adolescente cuyo nombre lleva el proyecto urbanístico que ponderamos.

Mamá Margarita, que así se llamaba, le dijo a Don Bosco: “Entre tus alumnos tienes muchos que son maravillosamente buenos. Pero ninguno iguala en virtud y en santidad a Domingo Savio. Nadie tan alegre y tan piadoso como él, y ninguno tan dispuesto siempre a ayudar a todos y en todo”. La familia salesiana de Don Bosco se regocija de que este proyecto de reivindicación social lleve el juvenil y merecido nombre de Domingo Savio.