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A consolidar la baja en mortalidad materna

La jueves pasado, el Ministerio de Salud Pública ingresó a este momento y coyuntura con un discurso vinculante: una rendición de cuentas sobre el tema que la institución se dio como base de su validación ante la ciudadanía para la gestión y alrededor del cual ha querido establecer el diálogo intersectorial y público: la mortalidad materna e infantil (MM y MI).

Lo relevante del tema y de la reducción inicial lograda en uno de sus frentes de batalla por una mejor salud para la ciudadanía —la MM— ha sido resaltado.

También se lamentó que, en los medios, tal logro haya sido opacado por temas hoy dominantes en el interés mediático.

Se indicó que este indicador de salud, la Razón de Mortalidad Materna (RMM), es vital a los ojos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) porque indica hacia las realidades nacionales en calidad y accesibilidad en los servicios de salud públicos y privados.

Para nosotros, la RMM y el número de MM revela más: el apoderamiento de la gestión y de las estadísticas para encauzar hacia la mejora cualitativa los servicios de salud. El objetivo de estructurar una organización pública de salud orientada a los fi nes colectivos. Solo eso merece el ¡hurra!, especialmente en la coyuntura y cultura políticas actuales.

Según la OMS, la MM en El Caribe reviste el rasgo de lo endémico, con relación a sus niveles en otras regiones: su varianza (en %) entre 1990 y 2015 fue, en la región, el segundo menos dinámico del mundo (32%), superado, al doble, por los países del este de Asia, excluyendo China (16%).

En 1990 la República Dominicana no incluía tal indicador entre sus registros sanitarios y la Dirección de Epidemiología de entonces no lo informaba en sus hoy acreditados boletines.

Llama poderosamente la atención que para el año 2005-2006, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) afi rmara que el país había reportado una MM de 80 sobre 100.000 nacidos vivos.

Este hecho mueve a la suspicacia: o en el país se estuvo jugando a hacer publicidad con los reportes epidemiológicos o la RMM ha venido incrementándose dramáticamente desde entonces. Especialmente cuando, según la OPS, la República Dominicana informó una MM para 1990 de 110 y de 150 para el año 2005 (Véase: González P., Rogelio. “Salud Materno- Infantil en Las Américas”. Revista chilena de Obstetricia y Ginecología.

2010. 75(6): 411-421. pp. 418-419).

De ser así, en ese período, 1990- 2005, la MM incrementó en el país en 36.36%.

Peor aún, el informe presentado por la Ministra de Salud hace una semana confi rmó tal tendencia: 190 muertes maternas por cada 100,000 habitantes en el 2008: 32.66% más de mujeres muertas en el proceso de maternidad que en el 2005 y 80.91% más que en 1990.

¡Inaceptable! Un desastre que, según datos reportados por Salud Pública, desde el 2007 sólo ha tendido a la baja en años electorales.

Reducciones no signifi cativas que tampoco revirtieron el crecimiento desmedido de la MM nacional ni la estabilizaron.

El Ministerio informó que en 2008 esta fue de 199. La OPS la estableció en 150 en 2005 y 110 en 1990.

¡150 en 2005 y 110 en 1990! Peor aún: entre 2007-2012 promedió 208: 189.1% y 138.67% por encima de sus niveles de 1990 y 2005, respectivamente.

¡Una tragedia nacional! Salud Pública informó que desde el año 2015 se ha logrado una tendencia signifi cativa a la baja en el indicador.

Ese año y en el 2016 el número de MM fue 196 y 177 por cada cien mil nacidos vivos, respectivamente.

Signifi ca que el promedio de muertes maternas registrado entre 2007 y 2012, igual a 208 MM por cada 100 mil nacidos vivos por año, empieza a caer sostenidamente, por primera vez, por 3 años consecutivos.

Con relación a las MMs de 1990, 2005 y su promedio 2007-2008, lo reportado por Salud Pública para el 2015 fue 178.18%, 130.67% y 94.23%, respectivamente. Como se aprecia, a pesar de ser inaceptablemente alto con relación a 1990 y 2005, el indicador inició una tendencia a la baja en 2014 del rango del 2% anual y, con relación al promedio 2007-2012, inferior en 5.77%. Esta tendencia a la baja se consolidó y fortaleció en el 2016 al ser 160.91%, 118% y 85.1%, respectivamente, frente a los años y promedio anteriores.

Estas cifras dicen que en el 2016 en el país murieron 12.81% menos por mujeres en proceso de maternidad que en 2012. Todavía más: que además de reducir, primero conservadoramente, desde el 2014 (2% anual), la MM cayó en casi 10% (9.7%) en el 2016.

Un logro que se debe mantener e incrementar, pues apunta a la mejora de la atención del sistema de salud dominicano.

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