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EN PLURAL

Una tesis que retoña

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Yvelisse Prats-Ramírez de PérezSanto Domingo

El movimiento verde devuelve a República Dominicana bienes perdidos u olvidados.

El principal, que atañe a todos/as, es despertar un sentimiento plural de responsabilidad ciudadana, que nos lleva a la calle a reclamar cese de la impunidad, no a pedir conquistas particulares.

Sobre esa conciencia colectiva que se despereza, se asoma una promesa de cambios en la moral, en las políticas públicas, en la gestión gubernamental, en la interpretación de la democracia.

Mientras esto acontece, tomo en las manos el texto de la Tesis del ‘‘Gobierno Compartido’’ de Peña Gómez, y siento una emoción, una esperanza, y una compulsión que me dice que es la hora justa, la decisiva ocasión, para insistir en explicarla, en defenderla, proclamando el potencial que contiene como modelo de alianza entre la sociedad civil empoderada, y un gobierno que quiere dejar atrás el totalitarismo y se abra como flor grávida para compartir el polen del poder estatal con el conjunto de abejas ciudadanas.

Peña Gómez describió el gobierno compartido, en su estructura y sus funciones.

Explicitó para cada área de la administración pública la aplicación del modelo, en el Programa de Gobierno que ofreció al país como candidato a la Presidencia de la República en 1994; ganó limpiamente las elecciones, aunque las maniobras del Dr. Balaguer impidieron que fuera Presidente.

Ese programa es una joya. Debiera ser conocido y estudiado en todas las universidades en las que se cursen carreras que abarquen la política, la sociología, la economía. En todos esos campos el programa de Gobierno Compartido de 1994 de Peña Gómez, ofrece propuestas y soluciones pertinentes, aún, tanto más cuanto que desde esa fecha hasta ahora la corrupción y la impunidad han profundizado nuestros problemas ancestrales. El país se encuentra cada vez más anémico, porque los robos desde arriba y desde abajo le chupan la sangre, y le introducen en su lugar la pus que brota en cada pinchazo crítico.

El pensamiento progresista, humanista, socialista democrático, generoso y solidario de Peña Gómez asoma condensado en las dos primeras palabras de la introducción. ‘‘La desigualdad y la pobreza’’.

Salidas de su corazón, pero también de su mente, desigualdad y pobreza son ejes transversales en todos los planteamientos del programa. En un enfoque basado en el Desarrollo Humano, en el que Peña Gómez, se hermana con las líneas maestras de las Naciones Unidas, partiendo de los principios fundamentales de la social democracia y adaptándolos a las peculiaridades de nuestro continente, polimorfo, multiclasista, con una población mayoritariamente formada por los ‘‘chiriperos’’ de don Juan.

En mis clases, intento definir el Gobierno Compartido en lo que conceptualmente creo interpretarlo alianza de sectores y actores sociales diferentes, articulados en los organismos del Estado, para formular, ejecutar y fiscalizar, juntos, programas y acciones contenidos en las Políticas Públicas del Estado.

Basado en la movilización social, la participación, la desconcentración, la descentralización y la concertación, el Gobierno compartido se gestiona a través de Consejos mixtos, que funcionan en los Ministerios, en las regiones, en los municipios, en las comunidades, una red que consolida y hace factible la articulación de esfuerzos y de aportes, mano a mano, gobierno y sociedad civil.

SOCIEDAD CIVIL. Porque está viva, actuando, y se ha vertido de verde para invocar la esperanza, releo la tesis del Gobierno Compartido y el Programa de Gobierno 1994 de Peña Gómez, con renovada confianza, y propongo a quienes quieran compartirlo conmigo, que hagan un esfuerzo para reeditarlo.

Ahora sí, ahora hay interlocutores válidos, en quienes organizan y en quienes participan en las marchas verdes, para socializar el Gobierno Compartido.

Porque la ciudadanía dominicana se está ganando, a pulso, esa alianza, que concreta la democracia participativa, inclusiva y solidaria que debe sustituir a esta destartalada, inoperante y falsa democracia sin ‘‘demo’’, sin pueblo, que existe en República Dominicana.

¡Peña vive, y su tesis retoña, por las marchas verdes!

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