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PUNTO DE MIRA

China está al otro lado

Estar en China es vivir el futuro porque su huso horario la coloca doce horas por delante de nuestro país. La comunicación es para desvelo o imprudencias si no estamos advertidos. Sin importar su dimensión es la misma hora en sus 23 provincias.

China es una especie de república federal con regiones “especiales” entre las que incluyen a Taiwán. Los ciudadanos conservan los vínculos de sus nacionalidades ancestrales, algunas de las cuales están conectadas con las dinastías que alguna vez fueron imperiales. Aunque todos nos parecen iguales en realidad hay tanta mezcla como se les da en materia de creencias religiosas: budistas, confusionistas, musulmanes, cristianos y seguidores de Lao Tse. Aunque muchas potencias europeas han tenido controles parciales de China, la mezcla con los locales se pierde por la fuerza genética oriental.

Todos parecen y son chinos. En materia de comportamiento urbano peatones, conductores y motociclistas parecen dominicanos. Eso torna las ciudades con mayor densidad vehicular.

Creo que la palabra “excúseme” no está en el diccionario ciudadano.

Te empujan y siguen como si nada.

Las regiones especiales tienen su propia moneda pero en el resto se manejan con el yuan que tiene un nivel de intercambio del 15 por uno respecto al dólar norteamericano. La estada en hoteles, compra de artículos ligeros y la comida china, es barato. En todos los lugares de visita, salvo en el Panteón de Mao, hay que pagar. Hasta en las pagodas. En el Mausoleo del Gran Emperador Qin, donde están los soldados de terracota, vimos una muestra de “¿tú no sabes quién soy yo?” Una dama iba en su lujoso vehículo y quiso entrar al parqueo del museo, y como fue objetada por la seguridad del local hizo una garata como esposa de ministro dominicano.

El gobierno está sacando partido turístico a su pasado. La mayoría de los visitantes a los museos y palacios son ciudadanos chinos. Son tantos que eso mantiene un fl ujo denso. Las visitas tienen que ser estudiadas porque no disponible todo el tiempo. Si se dispone de poco tiempo, una visita al Museo de Shanxi cubre bastante información. Allí se encuentra todo el pasado chino y hay soldados de terracota.

Lo adecuado es leer sobre lo que quiere ver para hacer las preguntas adecuada al guía. Ir sin compañía es perder mucha información porque casi nadie habla inglés. Me fui a Pekín en tren. Otra experiencia.

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