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Mis tenis verdes

Hace un tiempo atrás, antes de la Marcha Verde, yo compré unos tenis, que me aseguraron que con un soporte adicional, eran lo mejor para mis pies. Efectivamente, llevo dos años con ellos y han resultado excelentes. El único problema que han tenido mis tenis, es que como toda prenda de vestir que está en el suelo, se contamina, no podemos olvidar que viven arrastrándose en la mugre del suelo, aunque muchas veces camine en pisos de mármol impecables.

El 27 de diciembre yo me apersoné para denunciar la corrupción del caso Odebrecht en la Procuraduría General de la República, algo que animó a muchas personas, y presentó oportunidades a otras. Menos de un mes después, generamos entre un grupo de personas, lo que hoy se llama la Marcha Verde, Llama Verde, Lucha Contra la Impunidad, etc. Esta marcha no solo levantó la indignación del pueblo a diferentes hechos que son inaceptables para vivir en la sociedad, sino que creo una moda en la que todos querían participar.

Lo que nadie vio de la marcha, es que los avispados políticos, y bellacos antipatriotas, vieron esto como una oportunidad de atacar al Estado Dominicano, mientras por arriba se veía una lucha justa, se empezó a utilizar para agendas que perjudican la seguridad nacional, como es la invasión haitiana. A la agenda anexionista que empezó a fondear la gran campaña verde, se sumó la oposición. La oposición en República Dominicana lo único que busca es hacerse del poder, no con propuestas productivas, sino a costa de vender el país y/o cualquier otra oferta peor. Por lo tanto, los de adentro, empezamos a ver nuestra hija querida, nuestra Marcha Verde, volverse viciosa y en contra de nosotros mismos, nuestros principios y apadrinada por ratas perniciosas que viven de succionar el poder. Al ver todo lo que estaba pasando empecé a bajar el perfil, para poder ver bien estos actores, cuando los identifiqué, vi que la única forma que sobreviviría la Marcha Verde, era agregando una meta nacionalista, para que sobreviviera los arrestos que va a realizar el Estado con Odebrecht, ya que, si caen los corruptos, la impunidad merma. Tratamos de infundirle un norte político nuevo, fresco, y que la nación pudiera contar con el: La Soberanía.

En este momento me doy cuenta que, como mis tenis verdes, la Marcha Verde se ensució a tal grado, que ni yo mismo que la vi nacer, confío en ella. Esto nos lleva a buscar, como con los tenis, un kit de limpieza para verlos brillar de nuevo, la diferencia es que la marcha ha generado un galloloquismo entre quienes se han visto crecer de la nada, solo por usar redes sociales, y a estos la ambición, los pondrán al servicio del mejor postor. No abandono mi Marcha Verde pues es difícil ver un hijo partir, pero como el Reinado del Terror, si esto se mantiene, la marcha será un ejemplo de lo opuesto, y se fortalecerá el sistema actual.

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