Santo Domingo 24°C/26°C scattered clouds

Suscribete

PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA

Las persecuciones: desde Marco Aurelio a Septimio Severo

Avatar del Listín Diario
Manuel Pablo Maza MiquelSanto Domingo

En tiempos de Marco Aurelio (161 - 180), surgieron en la comunidad cristiana varios intelectuales que intentaron mostrar la validez del cristianismo, defendiéndolo de los ataques provenientes del mundo judío, griego y romano. Se les conoce como los apologetas, Entre ellos, se destacó Justino, quien le rogaba a Marco Aurelio que examinara el valor racional de la Buena Noticia sin dejarse condicionar por los prejuicios contra los cristianos.

Ante la negativa cristiana de dar culto a los dioses romanos, las masas del imperio descalificaban a los cristianos, acusándolos de ateos; Justino en cambio, llamaba cristianos a todos los autores paganos que vivieron conforme al Verbo [es decir, Cristo], son cristianos. Justino afirmaba: “aun cuando fueron tenidos por ateos, como sucedió entre los griegos con Sócrates y Heráclito y otros semejantes” (Apología 1,46).

Su Segunda Apología, dedicada al Senado romano en tiempos de Marco Aurelio, Justino no dudó en acoger a Sócrates entre los cristianos. Veamos su razonamiento: “Ahora bien, cuanto de bueno está dicho en todos ellos, nos pertenece a nosotros los cristianos, porque nosotros adoramos y amamos, después de Dios, el Verbo, que procede del mismo Dios ingénito e inefableÖ Ö Y es que los escritores todos sólo oscuramente pudieron ver la realidad gracias a la semilla del Verbo en ellos ingénita. ...Porque cuanto de bueno dijeron y hallaron jamás filósofos y legisladores, fue por ellos elaborado, según la parte de Verbo que les cupo, por la investigación e intuición; mas como no conocieron al Verbo entero, que es Cristo, se contradijeron también con frecuencia unos a otros. Y los que antes de Cristo intentaron, conforme a las fuerzas humanas, investigar y demostrar las cosas por razón, fueron llevados a los tribunales como impíos y amigos de novedades. Y el que más empeño puso en ello, Sócrates, fue acusado de los mismos crímenes que nosotros, pues decían que introducía nuevos demonios y que no reconocía a los que la ciudad tenía por dioses... Que fue justamente lo que nuestro Cristo hizo por su propia virtud. Porque a Sócrates nadie le creyó hasta dar su vida por esta doctrina, pero sí a Cristo -que en parte fue conocido por Sócratesóporque Él era y es el Verbo que está en todo hombre”. (Apología II, 10).

San Justino y un grupo de compañeros fueron interrogados por el Prefecto de Roma Rústico y luego condenados a ser azotados y decapitados el año 165.

En el 177 ocurren disturbios en Lyon y mueren varios cristianos.

Hasta finales del siglo II continúa la misma actitud de los tiempos de Trajano (98-117), tal y como este emperador respondiera a Plinio el joven: los cristianos eran llevados a los tribunales luego de una denuncia previa. Bastaba la profesión de fe cristiana para ser condenados. Una opinión pública crecientemente hostil reclamaba procesos más severos contra los cristianos.

Un cambio importante ocurrió durante el mandato de Septimio Severo (193 - 211). El emperador estaba preocupado por el efecto disolvente que ejercía el cristianismo en la lealtad de un ejército amenazado por la presión bárbara en las fronteras orientales.

En el 202, Septimio Severo prohibió, bajo pena grave, el pasarse al judaísmo o a la religión cristiana. Se trataba de las primeras medidas universales contra el cristianismo. Se autorizó la vigilancia policíaca contra la organización. Los cristianos eran ahora percibidos como miembros de una asociación con estrechos vínculos entre sus miembros.

Lo que indignaba a las autoridades romanas era la negativa de los cristianos a alistarse para servir en el ejército. La persecución se concentró sobre todo en los catecúmenos, los que se preparaban al bautismo. El cristianismo era percibido como una clara amenaza contra el estado romano. Todavía los cristianos enfrentarían persecuciones más severas.

Tags relacionados