Procuremos confiar en Jean Alain
La semana recién pasada, un grupo de jóvenes amigos que nos reunimos semanalmente en Centro Cuesta del Libro, tratamos el discurrir de la vida, analizamos la problemática del país y los acontecimientos mundiales, tuvimos la impresión de que agotamos una provechosa jornada. Todos los temas los enfocamos y los tratamos con criterios no partidarios, alejados de ideologías políticas, lo que nos mueve mayormente es la carencia de institucionalidad en América Latina y el resto del mundo. Nos preocupa la falta de seguridad, la desigualdad social y económica, además, la delincuencia que nos atemoriza y arrebata la vida a tantos conciudadanos. Nos sacude la falta de Justicia consecuente con sus atribuciones, en cumplimiento de las leyes, de los principios éticos y de las normas sociales que nos rigen; el empoderamiento de los poderes públicos que no han sido asumidos, a lo largo de la historia.
Hoy, está en el tapete el caso aberrante y abusivo de la multinacional constructora Odebrecth, que supuestamente, envuelve en sobornos y tráfi co de infl uencias a gobiernos, funcionarios y empresarios de América Latina, incluyendo nuestro amado País, donde hay una exorbitante y escandalosa suma de millones de dólares que debían ser utilizados en las obras contratadas para servir a los ciudadanos que pagan sus impuestos, en mejores servicios de infraestructuras, de salud, educación, justicia y otras iniciativas que vayan a favor del bienestar social y colectivo de los países afectados.
También, los casos de la OISOE, del levantamiento de un barrio de gran extensión conocido como “Los Tres Brazos”, en terrenos propiedad del Estado Dominicano, con una gran cantidad de edifi caciones, con supuestos ocupantes ilegales.
En esta última tratativa, el escándalo es mayor por el hecho de que el Estado no puede traspasar sus inmuebles sin la aprobación del Congreso Nacional.
La consternación provocada por estos acontecimientos, entre ellos, la larga lista de obras de la constructora Odebrecth en el país, desde 2001 hasta la fecha, así como en los demás países involucrados, ha movilizado la opinión pública nacional e internacional y, lógicamente a la nación Dominicana.
En efecto, entre las medidas adoptadas por el presidente de la República Danilo Medina está el haber designado a Jean Alain Rodríguez como Procurador General de la República, con todas las facultades atribuidas por el cargo de máxima autoridad del Ministerio Público.
Jean Alian es un abogado que estudió la carrera de derecho en la Pontifi cia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), además, de completar tres maestrías en La Sorbonne (Paris), La Sapienza (Roma) y la Escuela Superior de Administración Pública (Roma), incluyendo una en Derecho Penal de la Administración Pública con honores máximos. Ha sido catedrático de Derecho en las facultades del país por más de 10 años y domina los idiomas: Español, inglés, francés e italiano.
La opinión pública y los profesionales de la materia, consideran que el primer magistrado de la nación, ha logrado una de las mejores decisiones para el desarrollo de una política de institucionalidad, transparencia y justicia que tanto anhelaba nuestro pueblo.
La formación, trayectoria, voluntad y carácter del nuevo Procurador General, lo hacen más que merecedor de nuestra confi anza como ciudadanos, a fi n, de obtener el mejor resultado en la investigación de los casos de corrupción, que se encuentra manejando en su gestión.