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FUERA DE CÁMARA

Hortensia Redondo

Todo el mundo la conocía como “Doña Tencha”, y su bonhomía y capacidad de servir a los demás fueron proverbiales desde que se integró a la empresa familiar con tan solo 17 años --antes de promediar el siglo pasado--, junto a su padre, Natalio Redondo, pionero de la industria láctea dominicana.

Doña Tencha falleció el pasado miércoles en Puerto Plata, casi al cumplir los 91 años, enluteciendo a un pueblo que la vio desarrollar la pecuaria y la lechería vacuna con su padre, la familia Heinsen y los judíos asentados en Sosúa en la primera mitad del siglo XX.

Formó una bonita familia de seis hijos junto a otro gran puertoplateño, empresario y emprendedor, don Andrés Bournigal --también fallecido hace unos años--, personas de gran prestigio por su trayectoria social y empresarial. Entre sus hijos está el doctor Douglas Bournigal Redondo, destacado cardiólogo y empresario de la aeronáutica comercial, el turismo, la construcción… … Además, procrearon a Mairení, ingeniero civil y empresario; Jackie, ejecutiva del área hotelera y esposa de mi hermano Jorge; Alice Elizabeth, exfuncionaria de la OPS y casada con el doctor Raúl Álvarez; Denisse, dedicada a la industria farmacéutica; Aida, abogada, y Marielle, mercadóloga y residente en Estados Unidos.

La familia Bournigal Redondo ha destacado por su laboriosidad y capacidad de servicios desde hace décadas. En los inicios del siglo XX, don Natalio inició un emporio ganadero que devendría en una próspera industria láctea cuyo prestigio se mantiene.

… La industria láctea La Segunda Guerra Mundial estaba en su apogeo en los inicios de la década de 1940 cuando el dictador Trujillo otorgó refugio a más de un centenar de familias judías que huían de la persecución fascista de Hitler. Fueron asentados en Sosúa, donde desarrollaron tecnología y laboriosidad en la ganadería vacuna, entonces rudimentaria en nuestro país.

Poco después don Natalio Redondo se asoció a ellos para garantizar salida a su producción lechera, para lo cual crearon dos empresas: la Cooperativa Industrial Ganadera, dedicada a la industria cárnica, y la Compañía Industrial Lechera, dedicada a fabricar mantequilla y quesos Edam y Cheddar.

De la fusión posterior de esas dos marcas comerciales nació la Distribuidora Sosúa, recientemente adquirida por capitales mixto de México y Estados Unidos.

Para esa misma época en Puerto Plata también surgieron la fábricas de quesos de bola Edam, del empresario Geo Heinsen, adquirida luego por Natalio Redondo, que perfeccionó el queso Licey, y luego un danés bien curado que conquistó el mercado con el nombre de Águila Súper, que aún se fabrica.

Ya para entonces, doña Tencha --que había estudiado educación y comercio y se había graduado en mecanografía y taquigrafía, profesiones clásicas de la mujer en la primera mitad del siglo XX--, estaba incorporada al área administrativa de la empresa de su padre.

Luto en Puerto Plata Me encontraba en tareas oficiales en Guatemala y El Salvador cuando me informaron del fallecimiento de doña Tencha, a quien conocí hace casi medio siglo cuando visité a mi hermano Jorge, entonces ejecutivo del Bank of Nova Scotia --así se llamaba el actual Scotiabank--, y asignado a la sucursal de Puerto Plata.

Jackie Bournigal Redondo, casi recién llegada de realizar estudios universitarios en Estados Unidos, era también ejecutiva de esa sucursal bancaria canadiense, y fue entonces que conocí a su madre doña Tencha y a su padre don Andrés, dos personas encantadoras con quien de inmediato hice empatía y a quienes quise y distinguí hasta el día de su muerte.

El fallecimiento de doña Tencha me enluta y entristece.

Y me apena no haber estado en el país para acompañar a la familia, que es mi familia…

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