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FUERA DE CÁMARA

¿Redes sociales?

Llevo años diciendo que el uso pervertido de las redes sociales ha devenido en desaguadero digital, en foro público para escarnecer a las personas bajo la irresponsabilidad del anonimato que garantiza impunidad a una jauría cobarde y estúpida que actúa a la sombra de la ley.

El debate de este tema ha cobrado principalía en Europa, y en un reciente viaje a Roma y Madrid aprecié que esa preocupación motiva a las autoridades a establecer penalidades severas a los violadores de las leyes y normas que buscan preservar la honra ajena.

Lo ha tomado como referencia el laureado escritor Javier Marías --Corazón tan Blanco, traducido a 37 lenguas y 3. 2millones de ejemplares vendidos--, quien admite que la literatura de estos tiempos está perversamente influenciada por las redes sociales, de la que se siente atemorizada.

Otro escritor, Antonio Lucas, columnista del periódico El Mundo, de Madrid, toma los argumentos de Javier Marías para arremeter contra el uso abusivo de las redes sociales “que dan alas a las opiniones furibundas y sólo conducen a la estupidización”.

Lucas lo describe de esta forma: “(…) existe un cardumen invisible que patrulla furioso por las redes asestando insultos, amenazas o querellas contra quienes creen que las cosas también pueden ser de un modo distinto al que defienden los geos de la persecución, de la penalización”.

Hay un clamor casi universal que exige aplicación de la ley que en todas partes del mundo garantiza el derecho al buen nombre --incluso la presunción de inocencia ante cualquier acusación formal--, para detener los mensajes infamantes que son comunes en las redes sociales, la mayoría de ellos cubiertos por el anonimato irresponsable.

De Javier Marías Los últimos 25 años han registrado cambios enormes en la literatura bajo la influencia de las redes sociales --anota Javier Marías--: “Ahora el lector es más impaciente y tiene mayor propensión a la intriga, porque la sociedad ha ido perdiendo el sentido del humor y aumentado su actitud inquisitorial”.

Es entonces cuando se detiene en el tremendo daño de las redes sociales a partir del uso distorsionado que se da a esa tecnología: “Hay una especie de furia nacional en que la imbecilidad organizada que favorece el Internet se presenta como víctima, y eso es muy difícil de combatir.

Estoy percibiendo que mucha gente que escribe en la prensa está más achatada, más temerosa”.

Javier Marías saltó de la academia universitaria a la literatura, un oficio al que ha dedicado los últimos 30 años de su existencia. Inicialmente fue profesor en Londres, en Estados Unidos, en Francia y en España, y en sus primeros años fue traductor de algunos de los mejores escritores de la época.

En Europa está reputado como uno de los grandes autores de todos los tiempos por su erudición y dominio de géneros tan diferentes como la novela, la ciencia ficción, la biografía, la historia…

Circo con animales En su columna “Cabo Suelto” del periódico El Mundo, Antonio Lucas hace algunas referencias al exhibicionismo absurdo que se persigue a través de las redes sociales: “Las redes sociales están ahí para el exhibicionismo y a ratos --muy pocos, por cierto--, para alguna buena causa”.

“… Las redes sociales son un falso auditorio donde unos aúllan contra otros como si se les fuera la vida.

(…) Nos han convertido en policías de nosotros mismos, en nudo de soga, y con esa miseria se hace el negocio. Nada es espontáneo: molestar es un alpiste barato” A ese circo le sobran animales: los que insultan a todo el mundo.

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