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PANORAMA POLÍTICO

La presión de la calle ante un PLD "rancio"

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Guarionex Rosa | ANALISTA POLÍTICOSanto Domingo

A seis meses de su asunción al poder en el segundo período, el presidente Danilo Medina está en una lucha tranquila contra eventos en su contra que no propició y la necesidad de mirar hacia la llamada “masa silente”, por un rescate que podría salvar el resto del cuatrienio.

Medina ha seguido campante en su programa de inauguración de escuelas todas las semanas para fortalecer lo que sus asesores llaman “revolución educativa”, algo que permitirá mantener el apoyo de los beneficiarios de esos programas, que son muchos.

Si las encuestas dicen hoy que el gobernante tiene poco más de un 50% de aprobación, contra elevadas cifras anteriores que la situaban sobre el 70%, quizás es hora de que revise la situación de un partido rancio en el poder y manchado por las denuncias de corrupción.

Medina desearía quizás complacer a quienes le piden que cese la corrupción y que han iniciado un programa de lucha en las calles contra la impunidad, pero ello va en contra de la casuística ya que el régimen del doctor Fernández no hizo caso a idénticas reclamaciones.

El doctor Fernández no echó de sus puestos a los mencionados por corrupción. Algunos casos fueron a parar a la Cámara de Cuentas pero no hubo mayor consecuencia en los tribunales. Algunos que salieron por corrupción están ahora en la barra de los “indignados”.

Medina tiene más recursos que los del doctor Fernández para enfrentar su situación. Con recursos ilimitados y su carisma personal que pocos niegan, el gobernante pudiera salir airoso de los problemas si aceptara que castigar a los corruptos es una señal de los tiempos.

Lo que se ve en países vecinos, donde presidentes, vicepresidentes, ministros, altos funcionarios y empresarios de rango han caído tras las denuncias de corrupción, sería un anticipo para remojar las barbas porque desoír a las masas pudiera no tener futuro

Las calles tienen sus razones. El caso de la OISOE, donde se denunciaron bolsones de corrupción que no se han dilucidado en los tribunales y de ODEBRECHT, que está en marcha al igual que en otros países por los casos de sobornos, no son cosas pequeñas.

En el segundo de esos casos, el presidente Medina ha dejado a su procurador general de la República, Jean A. Rodríguez, trabajar como lo hacen otros fiscales en países vecinos. La Procuraduría, según cree el público, está amenazando en medio de grandes incredulidades.

Las graderías, que quieren sangre desde el gobierno del ex presidente Fernández, han subido y bajado de tono según pasa el tiempo, pero siguen reclamando el cese de la impunidad, favorecidas por lo que dicen las encuestas casi de manera consistente.

La “masa silente” La “masa silente” fue de la que se recostó el doctor Balaguer en 1966, cuando llegó al país con trajes anticuados y alforjas llenas de promesas. Su triunfo con el apoyo de quienes creían en la paz, lo pudo repetir en 1970, a base de mandarria y ayuda de la corrupción.

Ya para el 1974 la situación era tan grave que los historiadores dicen que Balaguer ganó las elecciones de ese año en base a la represión y a la corrupción. Había concedido al público que durante su régimen se habían forjado 300 millonarios, solo en el sector público.

En 1978 la “masa silente”, contrario a los vaticinios, a la represión y a la incredulidad general pasó al lado del hacendado Antonio Guzmán, del Partido Revolucionario Dominicano, PRD, dándole la mayoría senatorial que fue recortada en el llamado “fallo histórico”.

En días pasados el presidente Medina ha trabajado para conjurar los últimos problemas. Se cree que el régimen fue lento cuando el martes pasado un atacante irrumpió en la emisora 103-FM, de San Pedro de Macorís y mató a dos personas e hirió a otra. Pudo haberlo repudiado inmediatamente pendiente de las razones que había detrás.

Los asesinados fueron el director de la radioemisora, Leonidas Martínez, el locutor Luis Medina y la secretaria, Dayana García. Pasaron 72 horas sin que se oyera la voz oficial sobre un hecho que no solamente consternó al país, sino que tuvo resonancia mediática mundial.

Como en muchas cosas malas, entidades del gobierno estaban detrás de la tragedia. El viernes el presidente Medina suspendió al director del Consejo Estatal del Azúcar, CEA, por cuyo litigio de terrenos que compró al emporio azucarero, el atacante cometió la tragedia.

Días antes el presidente Medina propuso la disolución de la Corporación Dominicana de Empresas Estatales, CORDE, despidió a su administrador y nombró una comisión de funcionarios para que le informaran sobre la situación de esa empresa, por el caso de los terrenos de Los Tres Brazos.

Qué espera el público? Los últimos acontecimientos, los gritos contra la impunidad y el incremento de la delincuencia, han tomado al presidente Medina frente a su pc mientras escribe el discurso que pronunciará ante la Asamblea Nacional el próximo lunes 27, aniversario de la Independencia.

En esa ocasión, el gobernante debería circunscribirse a rendir las memorias del Poder Ejecutivo y de los ministros. Se espera que pudiera tocar de manera directa aspectos que ofreció para la misma fecha el año pasado y que sus críticos creen que no se cumplieron.

Llegará a la Asamblea con un bajón en las encuestas, pero también con una interminable lista de logros en la educación, la agricultura, las obras públicas y el robusto crecimiento de la economía anunciado por el Banco Central y refrendado por el FMI.

La caída de Medina en el favor público según las encuestas podría ser una ventolera. Si fuera un gobernante arbitrario que encarcela o manda a matar a los enemigos, estaría tranquilo en el flanco internacional, como Vladimir Putin, de Rusia y Rodrigo Dutarte, filipino, por la “mano amiga” del presidente norteamericano, Donald Trump.

Medina tiene reclamos pendientes como los de profesores y empleados de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD, que amenazan con su maquinaria de agitadores siempre bien aceitada para doblegar el brazo del gobierno, por más fuerte que sea.

Espera también el informe sobre el contrato de Punta Catalina, del cual uno de los comisionados nombrados por el presidente Medina para su investigación, José Luis Corripio, dijo el viernes que el mismo será veraz, honesto y creíble

Para reconciliarse con la “masa silente” y con los “indignados”, el presidente Medina tendría que votar funcionarios que son señalados como corruptos, que olvidaron el consejo del presidente Petión, de Haití, a comienzos de la república: “coman la gallina, pero escondan las plumas”.

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