Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

ANÁLISIS

Encrucijada del Presidente: Encuestas, Leonel o el mar

Las elecciones de 2012 fueron “ganadas por Danilo Medina”, quien en la víspera aparecía muy bajo en las encuestas. Los factores de ese triunfo fueron la popularidad de Leonel Fernández, la de Margarita, el uso sin control del presupuesto público, la apatía de un sector del entonces PRD, encabezados por su presidente, Miguel Vargas, y los errores del candidato Hipólito Mejía.

Leonel, prevalido de un liderazgo que descuidó, pero aún en control de la justicia ordinaria, constitucional y electoral, cargó a) con el peso político de un déficit fiscal enorme en que incurrió para vencer a la oposición y colocar a Danilo en el Palacio Nacional; y b) el costo de la división del PRD, por otra parte, durmió sobre la falsa garantía de que la Constitución no permitía la reelección.

Desde Palacio los asesores brasileños, hoy presos en Brasil por el caso Odebrecht, diseñaron una campaña mortal y eficaz: a) Danilo era la antítesis de Leonel y b) Leonel era responsable de todo lo malo, incluido usar a la justicia para evitar sanciones a sus funcionarios responsables de dolo y desfalco. Finalmente, usaron a principios del 2015 todo el poder financiero del Estado para vencerlo a lo interno, y trajeron a Quiriño, para darle el golpe de gracia.

Leonel no plantó cara a tiempo y con recursos de Odebrecht le compraron una parte del Congreso Nacional, mientras la oposición, dividida, carecía de un Norte: Danilo lucía solo con una aprobación de más de un 80% por ausencia de oposición: no era por liderazgo, ni por realizaciones. En ese momento sus “logros” eran: a) apariencia de honestidad, b) defensa del interés nacional en los casos de Bahía de las Águilas y de la Barrick Gold y, en educación básica, la tanda extendida con los fondos del 4%, una legislación previa.

Así, arrinconado Leonel, Danilo se impuso a Abinader sin dificultad en las elecciones del 2016 en las que obtuvo un 62% en un torneo seriamente cuestionado.

La opinión pública, fuertemente controlada a través de la publicidad y pagos con fondos del Estado, fue contenida en el caso OISOE, que estremeció a la conciencia nacional cuando, desesperado por el chantaje, el arquitecto David Rodríguez se pegó un tiro en el baño de OISOE, frente al Palacio Nacional.

Empero, ni ese caso, ni los desacatos de sentencias judiciales, ni los requerimientos de pago de comisiones para pagos y licencias en las oficinas públicas hicieron mella en la imagen del Presidente. De hecho, varios miembros de su círculo empezaron a dar señales de su interés en una nueva reelección que, según algunos, dividiría al PLD.

¡Explotó Odebrecht! La justicia brasileña investigó e identificó su red de sobornos a gobiernos, entre ellos el dominicano, y la norteamericana impuso sanciones que, junto a las multas europeas, alcanzan los USD$ 4,500 millones; el asesor de la campaña, despedido como héroe amigo del Presidente, con carta y todo en Palacio Nacional, fue condenado en Brasil y se publicó en el país quién recibió USD$92 millones para sobornos aquí: Ángel Rondon. Ese no fue todo el soborno, otros cobraron directamente, según revelan las investigaciones.

Danilo, que inicialmente no era afecto de Odebrecht, pudo haberse zafado del trato preferente entre Víctor Díaz Rúa y dicha empresa, pero su ministro del ramo, Gonzalo Castillo, lo envolvió, y pronto el Ejecutivo estuvo mareado en las redes de esa sociedad a partir de un encuentro con Lula da Silva, Dilma Rouseff y Marcelo Odebrecht, en el Palacio de Planalto. Se renegocian los contratos heredados y nació Punta Catalina, una obra de más de USD$ 2,040 millones cuestionada desde el primer día, suspendida por la justicia y hoy, centro de debates.

Esta vez, noqueado por el tsunami Odebrecht, con las lluvias dispersas de OISOE, llegan las aguas torrenciales de CORDE y el CEA. La nave de la nueva reelección naufragó. Sin embargo, aún se alimenta la idea de postergar a Leonel, aún convaleciente, con otro alfil del círculo. Es un invento riesgoso.

El cristal de aprobación del presidente Medina, inicialmente a prueba de misiles, hoy se rompe con la piedrita de un simple tirapiedras; cayó por debajo del 50% en enero, según Gallup y Cid, y es obvio que a la fecha está muy por debajo de esa cifra. Ya la población no le aprueba, incluso le han dado la espalda muchos simpatizantes del PLD.

Tags relacionados