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PUNTO DE MIRA

Trump es nuevo emperador

Un nuevo emperador se levanta en Norteamérica. Con adusta gestualidad, maneras agresivas y descarada prepotencia, Donald Trump promete una nueva era en el mundo. Ya está haciendo lo que prometía. Ordena construir un muro sin que el Estado haya dispuesto la aprobación de su presupuesto y reclama que corra por cuenta de México. Trump quiere darse una borrachera de poder y que la pague el invitado.

En América los aliados de la corte Obama han criticado el estilo de Hugo Chávez. Lo tachaban de populista, nacionalista, proteccionista. Ahora les sale otro. Lo único que Trump si tiene poder extra nacional. Y enseña los dientes, ladra y reclama un mundo nuevo para los americanos.

El flamante gobernante se ha sentado frente a la camba del mundo, la pintó de blanco para trazar su nuevo mapamundi. La senda de Trump es con marcas americanas. Impondrá los carros y todos sus productos que ahora serán fabricados en el Continente. Ese gran mercado que se ha dicho que es Estados Unidos Trump quiere que sea para las marcas propias. Eso es loable, ¿pero a qué precio? La continúa su persecución de los inmigrantes, si expulsa a los ilegales, la mano de obra subirá de precio y los ricos americanos tendrán que pagar salarios más altos y el público, precios más caros por mercancías de igual calidad. No se puede perder de vista que un componente de costos para la industria es el salario. Esa es de las ventajas de China y países similares de Asia.

Los que votaron por Trump por la promesa de aumento de puestos de trabajo verán cómo bajará el salario real. Pero es una nueva era la que se avecina a ese país que según la filosofía de Trump tiene que dar un giro intrauterino. El barco que transporta la realidad política universal parece estar girando hacia la derecha y se esculpen nuevas relaciones entre los países. También surgen confrontaciones. Mientras Trump patea a México, amenaza a China y se aleja del Mercado Europeo, Rusia avanza en dirección de sus propios intereses mirando como su gran adversario del pasado revuelve el agua como una pesada ballena que altera las relaciones granjeándose enemigos. Pensar en una verdadera y sólida unidad rusa-americana es sueña despierto. Aunque Trump disfrute el autoritarismo herencia del Zar, esos tienen sus intereses. Rusia alentará a Trump al despeñadero.

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