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FUERA DE CÁMARA

¿Y las ausencias?

Las presencias no fueron notorias, pero siempre los cálculos son interesados: para los organizadores, hubo gente por pipá; para el Gobierno, sólo fueron tres gatos. Lo que sí quedó en evidencia es que el liderazgo político, como siempre, escurrió el bulto en la marcha del domingo.

El apoyo generalizado fue sólo de boca, y exceptuando a Abinader, no acudió ningún líder trascendente en la política dominicana. Fueron los infaltables, los chiquitos, los que no se pierden una, casi una calcomanía: mismas cornetas, mismos tambores, misma parafernalia ruidosa de la calle tiñendo los paraguas de verdeÖ

Ahora dicen que el feriado sabatino --Día de La Altagracia--, le restó fuerza a la marcha “fin de la impunidad”, pero lo cierto es que estuvo bien concurrida. No fue “el mar humano” que calcularon, pero la asistencia estuvo bien en un país indiferente y temeroso de las manifestaciones callejeras.

Es probable que tampoco ayudara el día y la hora: un domingo a las 10:00 de la mañana no parece ser el mejor momento para acudir a un mitin en la 27 con Máximo Gómez para caminar luego unas 20 cuadras hasta el Palacio Nacional al tetero del sol del mediodía.

Le afectó también la contaminación partidariaÖ El anuncio de que tenía respaldo militante del PRM, del PRSC, de los extremistas fanáticos, le restó credibilidad a la consigna de la lucha contra la corrupción, una motivación atractiva para la mayoría de la gente que abomina de uno de los males nacionales que parecen eternos.

Ö Porque la corrupción --como decía uno de los pensadores y líder político más honesto de nuestro país, el profesor Juan Bosch--, es un cáncer que ha hecho metástasis en la sociedad dominicana y que no lo cura ningún gobierno porque todos se benefician de ella.

Los que faltaron... La mayoría de los dirigentes políticos que dijeron apoyaban la marcha, brillaron por su ausencia. Hipólito lo anunció con tiempo: no iba porque los presidentes no van a marchas...

Lo que no parece verdad es que sus seguidores más conspicuos tampoco fueran bajo el mismo argumento. ¿No será porque en casa del ahorcado --como dice el refrán--, no se menciona la soga?

Fue durante el gobierno de Hipólito que la constructora Odebrecht llegó al país a propósito de su participación en la construcción del acueducto de la Línea Noroeste.

Por supuesto que Mejía necesariamente no tiene responsabilidad en las operaciones de Odebrecht, pero no faltará quien pretenda implicar a algunos de los funcionarios de su gobierno en esta red que distribuyó en forma de coima cientos de millones de dólares durante los casi 16 años que operó a nivel local.

... Y los que sobraron La comidilla del domingo fue que Fernando Fernández --que hasta hace poco fue director de Aduanas y se le consideró siempre hombre de confianza de Danilo--, acudiera a la marcha para reivindicar su condición de ciudadano con derecho a pedir el cese de la impunidad a la corrupción.

Que se sepa, nadie le ha regateado semejante derecho que también tuvo en los más de cuatro años que desempeñó una de las posiciones más apetecidas de la burocracia estatal. Lo que la gente se pregunta es por qué no hizo similar reclamo antes de ser cancelado de Aduanas.

Lo que se dice en las cercanías del Despacho presidencial es que la mejor muestra de que Danilo no tolera la impunidad es precisamente por la forma en que se ha desprendido de algunos “amigos” que quisieron aprovecharse de esa cercanía....

Tal vez no es ese el caso, pero... ¡caramba!

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