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ORLANDO DICE

Orlando dice Un caso complejo

LA NATURALEZA.- La opinión de un político será la mayoría de las veces una opinión política, y la intención podrá verse sin mucho esfuerzo como las piedras de los ríos cuando es bajo o perderse en las corrientes si es profundo. Con Odebrecht se oye de todo, y a nadie extraña ni sorprende, pues la mesa fue puesta y deberán consumirse todos los manjares, o los desechos, ya que cada cual tiene su plato y su cuchara. Lo mismo de siempre. El desahogo uno a uno, o de manera colectiva, pues conviene que no quede rencor. La opinión jurídica debiera ser otra cosa. Nunca ligera, mejor elaborada, y con un propósito de justicia. Sin embargo, se tiene la impresión de que los abogados quieren servirse políticamente. Por ejemplo. ¿Cómo puede decirse que el presidente Danilo Medina está enlodado en Odebrecht y al tiempo reclamar la destitución del procurador Jean Alain Rodríguez, alegando que no está en condiciones de llevar el proceso de investigación? ¿Cómo pensar o esperar que el enlodado pueda quitar un torpe para colocar en su lugar a un capaz? Si el mandatario cancela al funcionario, ese mandatario, y no otro, nombrará al sustituto...

CARGA, CABALLO.- Las opiniones de los abogados que participan en un debate que se produce solo, pero que no deja de ser interesante, intriga, y no porque estén políticamente motivadas, sino porque muestran un camino diferente al que anda el Procurador. Se pregunta uno desde fuera si no le habrán puesto más carga de la cuenta al caballito valiente, y que este, contrario al juego de niños, sí la siente. ¿Está la Procuraduría o el Procurador y sus ayudantes en condiciones de llevar adelante un proceso tan complejo y excesivo en implicaciones como Odebrecht? ¿No debió contratarse un personal adicional, experto en estas cuestiones, que ayudara a desentrañar verdades que se esconden entre panales de avispas? No todos los días se presentan casos como el de la constructora brasileña y no se le puede pedir a los funcionarios que dominen ciencias que superan su entrenamiento o su inteligencia. Las autoridades dominicanas son colocadas frente al espejo de sus iguales de otros países, pero para descalificarlas...

NO TANTO.- La verdad que en otros países del continente, donde Odebrecht se sirvió también con la cuchara grande, han hecho más que aquí. Pero habría que ver, ya que no es lo mismo voluntad que resultado. Excepto que denuncias más firmes, o una que otra detención, o el compromiso de devolver dinero, los procesos todavía no toman velocidad. Los norteamericanos resolvieron, pero a su manera. Lo suyo fue multa, indemnización, y nadie preso. ¿Por qué se condenó a la empresa y no a los agentes? ¿Cómo es que solo se interesó en los dólares y no en aleccionar moralmente? Y no solo con Odebrecht. El mismo esquema de penalización aplicó a la inglesa Rolls-Royce. Ahora, aunque se quieren derivar consecuencia de la investigación norteamericana, aquí no se quiere igual solución. Los 92 millones de dólares sí, pero también la cabeza de los responsables, de los involucrados o de los beneficiarios, y no solo económicos, sino políticos. No lo proclaman, pero apuntan en esa dirección. Que Odebrecht, al igual que en Brasil, se lleve de paro al Gobierno...

EFECTOS ESPECIALES.- Si la Procuraduría hubiera dejado preso al primero, se estaría hablando más de la discriminación que de los pecados de Odebrecht, o de la falta de empuje de las autoridades dominicanas en relación a sus iguales en otros países del continente. La Procuraduría, sin embargo, se maneja con otro librito. Tiempo más que suficiente para proceder de otra manera, o tomar en consideraciones guiones ajenos. La decencia es buena, pero con límites. Por ejemplo, el desfile de inocentes. ¿Cómo se llama a interrogatorio a un exfuncionario que no tuvo tratos con Odebrecht? Lo van diciendo, y se va comprobando. ¿Por qué hay que dar palos a ciegas, si no se está en cumpleaños ni se tiene colgando al frente una piñata? No conviene hacer bulto por ahora, pues afecta la sensibilidad de la población y no debe olvidarse la marcha del domingo, que se dice que es contra la impunidad, pero se sabe que la impunidad no es una palabra, ni un clima, sino un tipo de conducta. Hay expectación, y se toman medidas de prevención, pues con gente en la calle, y si es mucha gente, cualquier cosa puede pasar...

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