La “sloganiza”

Un slogan publicitario consiste en un grupo de pocas palabras, que resumen una idea o una promesa de venta. La premisa es que sea de fácil recordación, por eso debe ser breve.

Recuerdo que, cuando laboré para Radio Mil, en aquellos años en que era efectivamente “la primera” en los segmentos A,B y C1, Jiménez Maxwell, su director, no aceptaba colocar slogans de más de cinco palabras en la programación: “Capri, sencillamente el mejor helado”. “Nevada es un helado”.

Los creativos publicitarios nos empeñábamos en estructurar los slogans ahorrando palabras: “Nedoca, sinónimo de buena refrigeración”. “Desde la varilla inicial hasta la pintura final”. “Sabor que empieza en el aroma”. “Eastern, las alas del hombre”. Uno que resume toda una filosofía de servicio y garantía, es el de Sears: “You can count on Sears”, punto.

Para entonces, los que compraban derechos para transmi- tir juegos de béisbol vendían un evento para colocar slogan a cada producto. “No se ponche, tome ponche Crema de Oro”, o “Lo ponchó y lo pintó con Pinturas Popular”. Y así por el estilo, se vendía el foul, el círculo de espera, el out, etc.

Ahora, tras un foul, escuchamos en casi todas las cadenas: “No batees de foul, tómate La Pela, Evital, el anticonceptivo de emergencia para la mujer, no batees de foul, confía tu salud y la de tu familia a Humano, humano como tú.” Como se ve, se trata de tres textos encadenados conformando lo que llamo “sloganiza”, trascendiendo los rigores de la categoría. Lo terrible para el oyente, o televidente, es que ese largo texto de 32 palabras debe ser escuchado cada vez que un bateador da un foul. A veces da cuatro y cinco fouls corridos, e igual cantidad de veces el pobre locutor debe disparar las 32 agobiantes palabras de esta “sloganiza”, que termina generando rechazo-por-saturación.

Ese empalagoso mensaje triple, es el de mayor repetición en el juego y se roba el show de cualquier otro patrocinador en la transmisión, además de constituir una soberbia falta de consideración para el oyente.