Después de las lluvias

Después de las lluvias, muchos quedarán sin casa, sin siembras, sin carreteras, sin esperanza, sin nada.

Después de las lluvias, muchos volverán a los mismos espacios donde lo perdieron todo.

Después de las lluvias, las mismas penas, las mismas quejas, las mismas carencias, los mismos damnificados, las mismas críticas, la misma tolerancia y el olvido.

Después de las lluvias, ni la propia lluvia podrá pagar sus daños.

Después de las lluvias, miles de refugiados, plan social, comedores económicos y hacinamiento.

Después de las lluvias, “el sol que hace las frutas, el que cuaja los trigos”, volverá generoso a la tierra para madurar los sueños que se levantan en el surco. Después de las lluvias, nos preparamos para reeditar los mismos desastres, las mismas penas. Después de las lluvias, las declaraciones juradas, la ley de partidos y la reelección.

Después de las lluvias, la cuantificación de la tragedia, la especulación, la carestía, la protesta, la Navidad.

Después de las lluvias, la canasta, la caja de comida, la tarjeta navideña, los fuegos artificiales, los dulces de Navidad, el lechón “asao”, la ensalada rusa, la telera y el friiito.

Después de las lluvias, el doble sueldo y el aguinaldo, los angelitos y “Volvió Juanita”. Después de las lluvias, merengue y bachata, cerveza, ron y exceso.

Después de las lluvias, “la vida continúa su agitado curso”.