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PUNTO DE MIRA

¡Aquí no hay respeto!

Los militantes de las redes sociales están muy sensibles. A cualquier movida saltan al centro. Una típica reacción fueron las opiniones sobre el mamotreto o réplica de la Torre Eiffel instalada en la frontera entre el Distrito Nacional y Santo Domingo Oeste. Parecía que el mundo se iba a terminar con la afrenta que hizo el alcalde Francisco Peña.

De todo se le dijo y como choteo se replicaron otros monumentos en lugares dominicanos. La creatividad fl oreció.

También ha sido muy difundida la opinión del arquitecto Cristian Martínez Villanueva. En un texto supuestamente con su fi rma, explica el contenido simbólico de la Plaza de la Bandera diseñado en 1973 y la afrenta de la Torre de Peña.

Lo relevante advertido por Martínez Villanueva. Es que el monumento, además de homenaje a la Bandera también lo es al Soldado Desconocido y tiene un diseño global. Es la estructura y su entorno.

El respeto a ese entorno es lo que estropea la creatividad del alcalde Peña- Eiffel. No es un infi el solo ignorante.

Quiso hacer algo novedoso. Ya los moradores del país no tendrían que viajar a París para tomarse fotos con el “ferreux” armatroste.

Mientras, por un lado hubo encendidas críticas, otros menos delicados fueron a tomarse su “selfi ” para sumarse a las bromas o tener su documento gráfi co por si una decisión presidencial arrambla con la réplica.

La algarabía en las redes sociales fue un buen avispero navideño. Algunos creían o creen que la réplica metálica se colocó en el centro de la Plaza de la Bandera. Como la ignorancia es libre, también culpas cosechó el alcalde del Distrito Nacional por la profanación.

David Collado no tiene vela en ese dislate. Es obra y gracia del alcalde vecino.

Hay que resaltar algunas cosas: la colocación de la estructura está en las competencias de Peña; que no es la primera vez que colocan elementos decorativos en ese lugar y que la intención de la decoración navideña tiene decisión de eternidad. Es mi aserto. La intención del alcalde Peña no fue aberrar el respeto a los símbolos, sino tener su protagonismo.

Aunque las críticas fueron por copiar la Torre Eiffel, que no otra cosa fue la esencia, lo que debemos tomar en cuenta es lo que subyace en esta iniciativa.

Por ignorancia o abuso el descuido con los monumentos es cotidiano.

Los atropellos a nuestra dominicanidad proceden de todos los niveles.

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