Los diez carriles

Nuestro Presidente no es dado a hablar de más, pero cuando lo hace es respetuoso, agudo y puntual. Su respuesta no se hizo esperar frente a las indelicadezas carentes de diplomacia del Embajador norteamericano. Parecería que el diplomático no conoce el negocio de la droga, o peca de ignorante ante la problemática. Por tal motivo, desde esta columna, queremos explicarle algunos conceptos para ver si así “conoce” sus implicaciones mundiales y deja de cargarle el dedo acusador a nuestra nación. Tras el sucio mundo del narcotráfico existe toda una serie de intereses económicos que implican a gobiernos, servicios secretos y al propio sistema financiero internacional. En el cine y la TV, los narcotraficantes suelen ser una pandilla de malvados, sin ningún tipo de escrúpulos, que manejan una estrategia mafiosa para colocar sus drogas. Sin embargo, en la realidad hay una diferencia, el negocio genera mayores beneficios que el valor del PIB en la mayoría de los países occidentales. Se trata de un negocio con técnicas de mercado refinadas. Y es que estamos hablando del mayor negocio del globo muy por encima de los beneficios que generan las industrias del petróleo, la tecnología, el automóvil o las armas. Como lo presenta Hollywood, no es razonable que el narcotráfico simplemente consista en comprar el producto en Asia o Latinoamérica; al contrario, el proceso es más complejo, donde los grandes capitalistas lo promueven, y ni hablar de una parte del sistema financiero internacional para sacar un mayor rendimiento a los beneficios que genera. Entonces, ¿quién estimula la industria, si a través de otro tipo de negocios legales llegan al sistema capitalista mundial esos capitales con “todas las de la ley”? Señalar a los países en vías de desarrollo es injusto e irresponsable, ¿o se trata de una doble moral? En su mayoría, Rep. Dom. es un país de grandes logros laborales y de una historia forjada en la heroicidad de sus próceres. Hemos luchado frente a ese maldito flagelo de las drogas con la misma fortaleza con que hemos combatido en el pasado a los que han querido mancillar con su pisada nuestra soberanía. Con pocos recursos hemos asumido nuestra responsabilidad, por lo cual esperamos que se entienda y que se sepa que Hollywood no está aquí y no representamos el capitalismo mundial. Está de más decir que apoyamos a nuestro Presidente.