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Turbulencia de la economía global

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Daris Javier CuevasSanto Domingo

A la luz de la razón, en la economía mundial, en particular las economías avanzadas, las tasas de crecimiento del PIB, han registrado un rezago preocupante durante el período 2008-2016, situación que en principio se atribuía a la crisis económica global por la que atravesaba en el mundo para entonces. Pero lo cierto es que cuando se declaraba el cese de la crisis en junio del 2012, se estaba convencido que la economía mundial recuperaba su ritmo de crecimiento pre-crisis y con ello se superaba ese malestar.

Este cambio, o desaceleración, que se ha producido en la economía mundial ha reorientado el rumbo de la economía y los pronósticos de los diferentes organismos multilaterales y regionales cambian muy rápido, lo que confirma la inestabilidad del crecimiento en períodos relativamente cortos, fruto de que se está ante la presencia de grandes turbulencias de la economía. Ante un escenario de inestabilidad en la economía mundial, el marco económico también se torna impreciso y de alta vulnerabilidad internacional, lo que induce a que tal situación ha tenido impactos políticos, es como si se estaría llegando al cierre del ciclo económico y político que bien podríamos ubicarlo para el período 2006-2016.

Esta coincidencia del agotamiento del ciclo económico y político es lo que está explicando que la economía mundial esté registrando tasas de crecimiento insuficientes y que genere disgustos entre la ciudadanía de tal magnitud que se transfieran los mismos al plano político y social. Efectivamente, en el mundo se está produciendo un repudio a los líderes que alcanzan el poder con altos niveles de popularidad, generándose situaciones incontrolables que afectan a la economía colocándola en una situación de vulnerabilidad, ejemplos de esta afirmación los encontramos en Grecia, Reino Unido, Brasil, Guatemala, Argentina, entre otros.

La economía mundial ha sido empujada a un encogimiento geoeconómico, fruto del impulso del proceso de globalización económica, en el cual no ha podido dar respuesta inmediata a ese nuevo escenario donde ya las fronteras económicas han perdido sus fuerzas coercitivas para dar paso a un corredor económico sin obstáculos, es decir, se expresan de manera notable los denominados retardos económicos. En los últimos 5 años la economía mundial no ha podido dar respuestas al campo minado en que se ha convertido la economía global, pues el único crecimiento notable es el de la economía de China, pero a un ritmo inferior de lo que ha sido su patrón de crecimiento y descansando en sectores no tradicionales de su economía, sino que responden a estímulos.

La turbulencia en la economía global tiene mayor aceleración y consolidación porque los mercados internacionales están siendo muy inestables, en particular el mercado del petróleo, el mercado de los commoditties, amenazas permanentes en los precios de los alimentos y la presencia de la especulación en los mercados financieros internacionales y los problemas climáticos. En adición está la decisión del Reino Unido de abrazar el Brexit como mecanismo de autoexcluirse de la Unión Europea, lo cual se ha convertido en una amenaza real de inestabilidad en la zona, cuya primeras manifestaciones está dada por la devaluación de hasta un 19% en la libra esterlina, así como la decisión inquebrantable de la salida para el primer trimestre del 2017, de los más importantes bancos del Reino Unido acosados por el Brexit.

Fruto de esa realidad predominante ya los miembros del G20 han acordado no buscar ventajas económicas mediante devaluaciones de sus monedas, ya que la “excesiva volatilidad y fluctuaciones desordenadas de los tipos de cambio” constituyen un peligro para la economía global. Tal decisión de construir una economía mundial más abierta procura garantizar que el crecimiento económico beneficie a todos los países y poblaciones para lograr un impacto significativo en la reducción de la pobreza y el crecimiento económico incluyente y mitigar los efectos negativos de la turbulencia en la economía global.

Es en ese contexto que la volatilidad en el precio del petróleo, los posibles movimiento al alza en las tasas de la Fed, un crecimiento moderado en EEUU y la desaceleración en China se han convertido en los riesgos que está enfrentando la economía mundial en los restantes meses del presente año 2016 ya que 7 años después de la última crisis económica mundial, el mundo sigue con estragos en crecimiento económico. Por tales razones es que los riesgos a los que se enfrenta la economía global en este 2016 implican diferentes factores a pesar que el crecimiento mundial continúa, pero a un ritmo lento, lo que aumenta los riesgos para la economía mundial.

A pesar de que la economía mundial presenta algunos signos de mejoría, el ritmo de que el crecimiento sigue siendo es más lento de lo deseable, lo que preocupa mucho más por las señales de turbulencias que nubla el entorno internacional.

El autor es economista

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