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EL BULEVAR DE LA VIDA

A veces los pueblos pasan

“MOMENTOS” SIN BOCELLI Si algo quedó demostrado en nuestra conversación con el presidente de la Confederación Nacional de Unidad Sindical, Pepe Abreu, el pasado sábado en McKINNEY*, fue el mal tiempo de nuestro sindicalismo, y a su vez, el excelente MOMENTUM de la cúpula del empresariado ante Palacio Nacional. Es realmente impresionante el poder de los señores, su derecho a veto legal, su legal presionar mostrando biceps de poder social para neutralizar acciones oficiales de justicia social si estas pudieran afectarles; la revisión detallada de las exenciones fiscales, por decir, los subsidios y otros versos, por joder.

PRIMERO DIOS QUE SU SANTO Y es que mientras el sábado Pepe denunciaba en nuestro programa la circulación de un anteproyecto de reforma a la Ley de Seguridad Social, que el gobierno “mostró, se lo entregó (a los empresarios) y no le ha dado el tiempo para sentarse a hacer lo mismo con las centrales sindicales, ni siquiera por cortesía”; al otro día, entrevistado por Héctor Herrera C. en el programa D’Agenda, el director del Seguro Nacional de Salud, Chanel Rosa, informaba al país que el citado proyecto “está listo para ser sometido a las cámaras legislativas antes de que finalice el presente año, al tiempo que garantizaba a los líderes sindicales que este les sería presentado y que sus sugerencias serán tomadas en cuenta”. O sea, que mientras el proyecto aún no había sido presentado formalmente a las partes envueltas en la negociación, alguien -que no fue el director del SENASA- sí tuvo el tiempo, la Mac Air o el I phone7 para hacer llegar -extraoficialmente- el borrador del proyecto al sector empresarial reunido en torno a la directiva del CONEP y su IDEM, la Iniciativa por la Institucionalidad Democrática, de tan feliz provecho y mejor uso.

UNA LEY ATADA Y BIEN ATADA Más de uno considera urgente e impostergable la modificación de una Ley de Seguridad Social elaborada y aprobada a la exacta medida de los intereses de las corporaciones privadas envueltas en ella, y que nació más atada a estas que los tenis de LeBron James en una final de NBA. Y es que, en lo que tiene que ver con los intereses de esos grupos, la ley sí ha funcionado con la eficiencia de un reloj suizo de los caros; y si algo se les pudo escapar a los honorables legisladores que la aprobaron y a la Excelencia que la promulgó, resulta que la jodida ley otorga al empleador un más jodido “derecho a veto” que deja en nada todo lo que pudiera beneficiar al trabajador en perjuicio del empleador, aún cuando la misma ley lo ampare. Hablo de una ley tan “brillantemente” elaborada a partir de los intereses de las corporaciones, que cuando éstas no tienen la razón, y la entidad reguladora, (por ejemplo, la SISALRIL) se ve obligada a admitir a la prensa que así es, siempre hay un recoveco judicial, (una vaina, quiero decir), que hace imposible aplicar cualquier régimen de consecuencias, lo que viene a demostrar que nuestro viejo problema de impunidad no es cosa exclusiva de los corruptos de la clase política, oiga usted.

UN EJEMPLO... A VECES Lo que ocurre actualmente con las ARS negadas a pagar los servicios o medicamentos indicados por un facultativo acreditado, pero que no pertenece a su staff de suplidores es un buen ejemplo. La ley prohíbe a las ARS hacer eso, pero según la SISALRIL, en los hechos, poco se puede hacer contra ellas. O sea, que tengo prohibido matarte, pero si lo hago, podré seguir impune “en mis quince” de marina de azul, rubias altas, vino bueno y mucho golf. Por cierto, y parafraseando a don Mario, digamos que cuando alguien -arrogante- asegura: “para (Ö) tendrán que pasar sobre mi cadáver”, debería tener en cuenta “que a veces los pueblos pasanÖ a veces los pueblos pasan”. Cruce el Jordán, señor Gobierno, cruce el Jordán. Ahora o nunca.

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