El tribunal de Dios

El tribunal de Dios, es un tribunal que llama la atención, porque ante el tribunal de Dios vamos todos, nadie se escapa del juicio de la historia, lo hemos dicho muchas veces y lo diremos mil veces, pero también, el tribunal de Dios es un tribunal por el que vamos todos, y lo interesante es que antes que una persona llegue y se acuse, Dios no lo condena, pero sí va a ver lo que ha hecho.

¿Has faltado en tu vida? Tu juicio es, yo te perdono, si tú estás arrepentido de lo que tú has hecho, y los tribunales humanos, si pudieran hacer eso, lo harían, pero todavía más, es un perdón que debe partir del hecho que tú reconozcas lo que has hecho, pero también de que se repare lo que tú has hecho, el daño que tú has hecho. El tribunal de Dios, no es un tribunal que te exima de lo que tú debes hacer y reparar, por eso nosotros debemos acercarnos a ese tribunal sabiendo que podemos ser perdonados y sabiendo que hemos de reparar los daños que hemos hecho, y si no lo podemos hacer, Dios acepta que otro haga por ti lo que tú debiste hacer, y tantas veces será así en la existencia humana. Hay una condonación de las penas que merecemos si otro acepta condonar esas penas en nombre nuestro. El tribunal de Dios, es un tribunal que está ahí, pero que todos pasaremos, aunque no creamos en ese tribunal, porque aunque un ciego diga que no existe la luz, porque no puede ver, pero la luz del sol sí existe; lo mismo pasará con ese tribunal, pero siempre podemos acercarnos con confianza, porque Dios no condena, Él quiere siempre salvar.

Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.