Nota luctuosa

Ha colgado los tenis DANIEL El TRAVIESO. Su muerte la produjo un paro (perdón: un disparo), que recibió al enfrentarse a la policía.

Sus restos serán conducidos al cementerio por la Asociación de Tígueres Incorporada, quienes, durante el camino, brindarán con tricolí, chaticas, cerveza, whisky, vodka. Está programado también tirar algunos disparos al aire.

La presencia policial se limitará a proteger el derecho de la Asociación de Tígueres a cumplir con el deber de dar honrosa sepultura a uno de sus miembros más combativos.

En el cementerio está programado un acto solemne, donde diferentes personalidades tomarán la palabra.

Por primero hablará la señora FAMILIA, que se volvió un estropajo, descuidando la atención de este angelito y que lo soltó en banda cuando ya no pudo más con él. El sufrimiento mayor corresponde a la MAMÁ, que confiesa que era un muchacho bueno. Le aflige pensar que Daniel siempre se “cantiaba” con ella y que ya no podrá contar con esa boronita. Tenemos por segura la ausencia del PAPÁ, pues no se sabe nada de él.

Hablará también alguien del GOBIERNO, que lamentará el camino equivocado tomado por Daniel. Según los del partido contrario, debería sentir peso de conciencia por no haberle ofrecido oportunidades.

En la tarima funeraria, tendrá sitio preferencial la dama JUSTICIA. Como siempre, estará vestida de una toga negra y un birrete, lo que le da un feeling de solemnidad.

La Justicia ponderará su esmero en sancionar los crímenes. Puntualizará la necesidad de instrumentar adecuadamente los expedientes. Lamentará la muerte de Daniel.

También los MEDIOS DE COMUNICACIÓN tendrán participación en la despedida. Tomarán fotos, selfies para las redes e imágenes de familiares pataleando por el suelo, dando gritos. Esas expresiones de dolor “venden” y servirán para las primeras páginas y noticieros, como para el periodismo de investigación.

Un vocero de los Medios puntualizará su papel neutral en el caso de Daniel. Recordará que su misión es sólo informar, por eso presentan, en apego a la “ética” profesional, las imágenes de robos, asesinatos y fechorías, con la crueldad de los hechos.

Los Medios dirán que sólo son un espejo de lo que sucede en la sociedad y su trabajo nada tiene que ver con educación, respeto público y moral; eso, les corresponde a otros.