Feria del Libro: Presencia del Museo de la Dignidad

En la presente Feria del Libro está el Museo de la Dignidad cumpliendo con la misión, la memoria y su labor educativa, mostrando especialmente a los jóvenes y adultos asistentes una réplica de la silla eléctrica y un carro VW tipo “cepillo”, símbolos del terror y la criminalidad del régimen trujillista.

Trujillo ordenó instalar un centro de torturas de la cárcel La 40, escenario de golpizas y aplicación de violencia cruel contra hombres y mujeres por su rechazo vertical a la tiranía. En la silla eléctrica murió electrocutado el Dr. Manuel Tejada Florentino, cardiólogo. Las y los presos políticos conocieron en carne propia lo que fue la silla eléctrica, especialmente en enero de 1960, cuando el Servicio de Inteligencia Militar descubrió la conspiración que estaba en marcha para socavar y derrocar al régimen trujillista.

El otro símbolo represivo que expone el Museo de la Dignidad es el auto VW llamado “Cepillo” utilizado por los “calieses” del SIM para aterrorizar a la población y perseguir y apresar a los ciudadanos señalados como opositores al Trujillato.

La conspiración en plena clandestinidad logró su momento culminante el 10 de enero de 1960 en Mao, en la finca de Charlie Bogaert cuando se formalizó la dirección del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, cuyas figuras principales fueron Manolo Tavárez Justo y Minerva Mirabal. El nombre se asumió en homenaje a los expedicionarios del 14 de junio de 1959, lo mismo que el programa de liberación que trajeron en sus mochilas los guerrilleros por Constanza, Maimón y Estero Hondo. Luego el nombre se popularizó con la sigla 1J4.

Múltiples presos políticos testimonian que la estatura de Manolo Tavárez como líder revolucionario se confirmó y consolidó durante su prisión en las cárceles de La 40 y La Victoria. Fue de leyenda la dignidad con que Manolo soportó todo tipo de torturas del Servicio de Inteligencia Militar, SIM, y sus gendarmes. Los testimonios agregan a la serenidad de Manolo sus permanentes mensajes “in situ” a sus compañeros de cárcel para que soportaran frente en alto las golpizas que sufrían.

Ese liderato que Manolo forjó pese a las torturas carcelarias creció en su dimensión histórica desde su salida de la cárcel.