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¡Fueron por lana…!

El Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) lidera un variopinto conjunto de organizaciones sociales que pretende incidir en las discusiones sobre las leyes de partidos y de régimen electoral, así como en la selección de los miembros de la Junta Central Electoral y las llamadas altas cortes.

Ante cuestionamientos a su intromisión en un asunto políticopartidista, esas entidades reclaman su derecho a participar porque “también forman parte de la sociedad”… Aunque no dejan de tener razón en sus argumentos-todos los estamentos sociales pueden y hasta deben involucrarse y opinar en cualquier proceso político-social porque este es un Estado democrático de derechos, dice la Constitución-,se supone que los roles se priorizan a partir de los intereses que ocupa cada sector… …Y para los empresarios, el régimen interno de los partidos políticos y el sistema electoral debería ser un interés menor en comparación con las regulaciones y la promoción de una competencia sana y legítima entre los actores del mercado.

Por eso, llama la atención que el principal gremio empresarial del país -tan activo en las discusiones del pacto político-, ofreciera una respuesta tan penosa a los informes ordenados por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (Pro-Competencia) sobre el mercado de las cervezas y otros de menor calado, pero igualmente distorsionados.

La carta dirigida por el Conep a la anterior presidenta del consejo de esa institución -copiada al Presidente de la Republica con la intención de buscar su remoción del cargo-,es un monumento a la irresponsabilidad y a la falta de visión y de compromiso con el buen desempeño económico de país, y una muestra palpable de que ese gremio se encuentra al servicio exclusivo de los intereses de las familias tradicionales del empresariado dominicano.

No es casual que desde la entrada en vigencia del DR-CAFTA los empresarios centroamericanos, acostumbrados a ser competitivos para mantener sus mercados, hayan girado la balanza comercial con República Dominicana de forma alarmante… Los problemas de competencia del empresariado dominicano no están en las supuestas deficiencias estructurales de la economía, sino en un grave déficit de cultura competitiva.

En su carta, el Conep se refugia en resquicios legales para intentar desmeritar un informe riguroso preparado por un técnico competente como el doctor Jaime Aristy Escuder, que presenta la realidad de un mercado como el de la cerveza, que ha quedado desvirtuado al convertirse en un monopolio desde que en abril del año 2012 la local Cervecería Nacional Dominicana se fusionara con la multinacional Ambev alcanzando la concentración del 99 por ciento del mercado.

Pero para el sindicato empresarial el problema no es la pérdida de masa laboral que supone el cierre de dos plantas de elaboración y envase de cervezas, o que desde la fusión éstas hayan aumentado de precio en más de un 60 por ciento en un período en el que IPC no alcanza el 10 por ciento y los precios de la cebada -principal materia prima para la elaboración de la cerveza- han caído en cerca del 50 por ciento.

Según el estudio de Pro-Competencia, este sobreprecio representa para el consumidor un costo de 7,016 millones de pesos anuales, unos 153 millones de dólares… …Pero para el Conep, lo transcendente es que supuestamente la preparación de este tipo de informe es atribución de un secretario ejecutivo que no ha sido nombrado -en gran medida por las presiones de esos mismo grupos-, o bajo el argumento de que la falta de un reglamento limita la capacidad de acción de esa institución.

Al Conep le importa un pepino que en las prácticas comerciales se incluyan amenazas a los dueños de puntos de expendio, detallista y mayorista, para que se abstengan de promocionar otras marcas a riesgo de que les sean eliminados los beneficios comerciales y promocionales; el uso de la fortaleza de las marcas y el poder económico para evitar que el pequeño nicho de competencia puedan colocar promociones en puntos premium como hoteles, bares y restaurantes; y hasta retirar los productos de la competencia y compensarlas con propios para que no se vendan otras marcas.

El Conep, en lugar de apoyar y validar ese informe y exigir que se impongan limitaciones a tales prácticas, lo que expresa es su “preocupación” porque estima que su divulgación podría afectar negativamente la imagen del país, la competitividad y su “desarrollo económico”.

Es decir, que lo que afecta es que se divulgue el informe y no las prácticas desleales de comercio a las que se refiere… …Si la divulgación del informe y la carta del Conep fueron causantes del cambio en la presidencia de Pro- Competencia, ha de esperarse que los cabezas del sindicato empresarial y quienes le sirven hayan ido por lana y terminen trasquilados… …Porque a la nueva presidenta de Pro-Competencia, Yolanda Martínez, le sobra talento, capacidad y valentía para asumir con decoro sus nuevas responsabilidades al frente de la institución llamada a evitar las distorsiones que producen los monopolios y las asociaciones empresariales cómplices e irresponsables.

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