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ORLANDO DICE

Orlando dice Volver a ser partido

¿AUSENTE O ENFERMO?.- La política no es como el famoso mueble sueco que trae un manual que explica cómo se arma. Aunque tampoco viene sola. Siempre se acompaña de la intriga. Por ejemplo, Reinaldo Pared no asistió a la reunión del secretariado del PLD, y dejó a Leonel Fernández solo. El propio Fernández dijo que Pared se había excusado y alegado razones de salud. Sin embargo, ese Pared enfermo fue el mismo que acudió al velatorio del nieto de Juan Bosch, participó en una rueda de prensa con senadores y dio inicio a los trabajos como presidente de la cámara alta. Ese encuentro era importante, y con su celebración se cumplía un mandato del Comité Político. La actividad fue un éxito, pues participaron 30 de 34 titulares, y no debe olvidarse que Pared, aunque asume la principal, es secretario. Secretario general. Intriga por tanto el mal que aquejó a Pared, que faltó a esa cita conociendo la conveniencia de relanzar el partido y aplicar las resoluciones del VIII Congreso Ordinario Comandante Norge Botello. El ala insurgente del leonelismo estaba que no cabía de gozo, viendo y oyendo a su líder hablar de rescatar la mística del partido...

¿FOCO O ASTRO?.- Estos hechos pequeños, simples minucias, cuando se les analiza en contexto adquieren importancia política. Valen recordar dos situaciones. La primera, que Reinaldo Pared asistió, pero no habló en la reunión de Leonel Fernández con los alcaldes previó a la elección de los bufetes directivos de los ayuntamientos. Entonces alegó que el acto se extendería y el almuerzo se enfriaría. Y la segunda, el lapsus del presidente Danilo Medina en la Asamblea Nacional al llamarlo presidente constitucional en vez de presidente de la Asamblea Nacional. Y esa fue una comparecencia sin fallos, y la equivocación no fue del Telepronter, sino del propio jefe del Estado. Todas las cábalas se pusieron de pie, y Pared pareció en medio del Jordán, como ungido por voces del cielo. Se explica entonces que no quiera compartir escenarios con Fernández, y se sustraiga o retraiga o economice. Se da cuenta de que no hay foco que alumbre en medio de un estadio lleno de faroles. Y debe ocuparse desde ya en ser un astro con luz propia...

RUIDOS Y NUECES.- Los movimientos de Leonel Fernández no hacen ruidos, pero tienen una finalidad política, y significan un reposicionamiento interior. No estaría reasumiendo como líder, pero sí como presidente, y lo que no se ve, y es importante, fue que habló de disciplina y de mística, dos valores casi perdidos en una organización cuya preocupación principal es mantenerse en el poder. Nadie puede pensar o esperar que el PLD vuelva a sus orígenes, pero como lo mucho hasta Dios lo ve, se siente la necesidad de recogerse, por lo menos hacia adentro. Fernández consideró conveniente que el PLD se someta a un proceso diferente. A un tránsito a la inversa de los últimos años. Palabras de Juan Bosch fueron a su boca y recordó los antiguos conceptos de cantidad y calidad, y lo importante que sería ahora ir de la cantidad a la calidad. Lo cual sería imposible a menos que se retome la vida orgánica. Esto es, reunirse, trazar planes y llevar a cabo los trabajos. En una palabra: volver a ser partido, y que el poder no socave, sino que sustente...

ELEMENTOS CLAVES.- El ambiente fue bueno, y no solo por lo jovial y distendido, sino por la disposición de los presentes, todos responsables de área, de cumplir con sus obligaciones. Con solo saber que hablaron 30 dirigentes, o que la reunión duró hasta la once y media, habiendo comenzado a las siete, o que Leonel Fernández llegó antes de la hora fijada, en un cambio de conducta notorio, se tienen las claves del PLD que se gesta a partir del VIII Congreso. Aplicar las resoluciones era una tarea que no se quería afrontar, y se aprovechaban las mini crisis para dar larga al asunto. La renuencia al cambio es común a todas las organizaciones políticas dominicanas, y el PLD no podría ser la excepción, aun cuando en una época fue prototipo de mística y disciplina. Fernández quiere otro partido, y le conviene que el partido sea partido, pues como mosaico de intereses lleva las de perder. Así que habrá que ver si el secretariado llena su cometido, y lo que se habló no se queda en palabras...

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