AL en el contexto internacional
América Latina en un contexto mundial presenta grandes complejidades desde el punto de vista económico si la comparamos con otras regiones del mundo, dado el desequilibrio regional predominante, la desigualdad socioeconómica profunda, la existencia de una economía dual y el bajo nivel de industrialización, como características principales. A esto se agrega, la dependencia del sector primario de la economía, rezago en la innovación tecnológica, dependencia de las exportaciones y, en las últimas tres décadas, de las remesas y la inversión extranjera directa, que por ser capitales volátiles son muy riesgoso en la generación de divisas.
La construcción de ese cuadro económico no es nuevo en la región, sus orígenes los encontramos en la explosión de la primera guerra mundial, 1914-1918, la gran crisis de 1929 y el colapso de la industria inglesa, acontecimientos que empujaron a transitar la vía de un único socio comercial y un mercado único, con baja diversificación en la oferta exportable. Sin lugar a dudas, el estallido de la primera guerra mundial transformó el enfoque tradicional de la llamada economía clásica capitalista, dando paso a una nueva forma del manejo de la economía que se sustentó en la intervención del Estado en la economía, la cual asumió como soporte teórico la filosofía keynesiana.
El mercado único al que se orientaron las exportaciones de América Latina fue el resultado del conflicto bélico que se producía en Europa y el mercado norteamericano fue la única oportunidad que se les presentó a los países de la región para insertarse en el mercado mundial. Por igual, a lo largo de esos años se aprovechó para recibir sucursales bancarias e inversiones desde el norte, lo que en la práctica establecieron fuerte vínculos comerciales y financieros desconocidos para Latinoamérica. En virtud de que por su propia naturaleza, América Latina era una región productora y exportadora de materia prima, los acontecimientos bélicos del mundo impactaron en la misma en cuanto a la estructura del comercio y las inversiones extranjeras que fueron ascendiendo de manera vertiginosa en el sector de la minería por el descubrimiento de grandes yacimientos de petróleo, oro, plata, níquel, bauxita, hierro, cobre, así como el azúcar. Por tales razones es que se explica la presencia de inversiones de EEUU por encima de otras naciones desarrolladas, lo que indudablemente le dio mayor ventaja competitiva a ese país, y sobre todo de colocar sus principales productos en estos mercados, es así como USA hizo más amigable el intercambio comercial con sus productos y el sector financiero en la región, lo cual le permitió fortalecer sus influencias y predominio político. El inicio de la segunda guerra mundial,1939, representó una situación muy compleja para la región de América Latina tanto en lo económico, como en lo político, lo que daba señales fehacientes de que estaba frente a un proceso de grandes transformaciones de manera sostenida. En efecto, en lo económico, este nuevo acontecimiento bélico, se produjo una fuerte contracción para los mercados receptores de las exportaciones de la región, el transporte y los servicios financieros, lo que tuvo mayor expresión con la pérdida de un 30% de las exportaciones, influenciada por Alemania y en menor medida, gran Bretaña, lo que se interpretaba como una ruptura con el mercado Europeo.
En relación al efecto político, los conflictos de carácter mundiales generaron una gran inestabilidad en los mercados de productos de materia prima, lo que abrió un espacio para la construcción de una alta dependencia de América Latina con USA, lo que permitió que este ultimo aprovechara tal situación para imponer de manera gradual un control sobre los gobiernos de la región, argumentando la protección de los intereses de las inversiones de su país, en estos, pero el trasfondo era más de influencias políticas que económicas ya que las inversiones nunca estuvieron en riesgos.
Finalizada la segunda guerra mundial, por tanto los conflictos bélicos, EEUU se convirtió en la principal economía del mundo, lo que le facultó autoridad para impulsar la política de reconstrucción de la economía mundial, cuyos ejes principales se centró en las estrategias comerciales y financieras. En esta última, es que a partir de 1944 surge el FMI y el Banco Mundial, cuya creación implicó la aplicación de normas que predominaron para los países industrializados, quedando la región de América Latina excluida de todos los programas de ayuda de estas decisiones, fruto de que la misma no tenía relevancia política y económica, sino más bien para recibir la expansión del capital financiero de este.
La estrategia para avanzar hacia el crecimiento de la economía de la región fue poner en práctica la industrialización por sustitución de importaciones, ISI, la cual permitió accesar a los mercados internacionales de bienes y de servicios financieros, esta ha sido el impulso más trascendental para apuntalar la economía regional. Es tal realidad que permite interpretar que el rezago de América Latina está explicado por las turbulencias política y económicas que ha involucrado a los países desarrollados, tal como se demuestra desde 1950 hasta el presente, comprobado con la crisis global del 2008 que impactó con una restricción por el orden del 5% de los flujos de capitales hacia la región, afectando el crédito, las exportaciones y los programas sociales, por lo que solo queda reinventarse sobre la base de la innovación tecnológica y la globalización.