Salas capitulares

LA INSISTENCIA.- Me preguntaba si los regidores son tan torpes que los partidos deben reunirlos en más de una ocasión para orientarlos respecto a lo que deberán hacer hoy en cada sala capitular. No tengo dicha condición, ni participé en esos encuentros, y sin embargo, sé lo que corresponde a unos y a otros, dependiendo de la organización política o coalición electoral a que pertenezcan. ¿Por qué ellos no? Detrás de la insistencia se esconde un temor. El temor de que no se acojan a la línea y actúen a la libre, o contrario al designio de su sector. El trance de hoy más que interesante. La disciplina y la lealtad como flecha están en el aire, y habrá que ver si como bala perdida provoca víctimas. No hay que afanarse, y menos desesperarse, pues dentro de horas se tendrá a manos el resultado. Los que adelantan situaciones sostienen que el regidor salido de las pasadas elecciones se maneja con intereses muy propios, y como considera que no le debe nada a nadie, ni a alcalde ni a partido, puede decidir según su criterio. El caso despierta interés político, ya que los partidos se esfuerzan como si en la puja se les fuera la vida…

SEGÚN Y COMO SEA.- Será una primera prueba, y como se exagera su importancia, determinará por anticipado el clima político que se vivirá en los próximos cuatro años. El ánimo, incluso, contradice el propósito de los sectores que creen llegado el momento para discutir asuntos vitales y lograr consensos. La oposición ve la oportunidad propia para una revancha, y a eso va. El gobierno dice tenerla a su favor, pero el lamento da la impresión de que no tiene tomado el toro por los cuernos. Y de no ser así, de salir derrotado de esta contienda menor, se la cobrará más adelante. La disputa debiera ser sobre dos conceptos de democracia a nivel de municipio. Una predeterminada, acordada, de que el presidente de la sala capitular sea del partido del alcalde; y otra libre, propia del momento y de los intereses que fluyan, sin importar alcalde ni partido. Sin embargo, la confrontación será de fuerzas, y cada bando demostrará su capacidad de amarre, sus habilidades de coyuntura. No obstante, se teme que el voto no sea suficiente, y haga acto de presencia la fanfarronería y el grito de guerra de estos días de “a mí hay que matarme”…

LA PARADA, LA AFRENTA.- A la hora de escribir estas líneas se discutía la posibilidad de que los legisladores del Partido Revolucionario Moderno le hicieran el fó al presidente Danilo Medina en el acto de juramentación. La acción sería coherente, pues igual hicieron en la entrega de certificados en la Junta Central Electoral. Ya se sabe en qué terminó todo, pero cada fuerza política usa los escenarios y las circunstancias como crea más apropiada. Incluso al mandatario le sería mejor que no asistieran a que le hagan una afrenta delante de sus invitados extranjeros. Si no van, las delegaciones no se enterarán del chisme, y será preservada la virtud doméstica. Lo mismo se había dicho de hacer una cadena humana para protestar el “fraude” u obstaculizar el ingreso de propios y extraños al recinto. Nada nuevo, ni cosa del otro mundo. Aunque habría que ver la ocasión. Si además del PRM, el PRSC, o la precaria representación de Alianza País. En los días posteriores a las elecciones hubo un frente de batalla, del que no se sabe si se mantiene o fue disuelto…

EL BALANCE.- Haga o no haga, o lo que haga la oposición, el día de hoy será del presidente Danilo Medina, cuya reelección fue aprobada por los gobiernos representados en la festividad. Si dijeron que sí antes, no pueden decir lo contrario ahora. La presencia los implica. El mandatario con su juramentación, con su discurso ante la Asamblea Nacional y los decretos nombrando nuevos y viejos funcionarios, tendrá la atención pública de su lado. El tedeum y la ofrenda floral serán actos protocolares, pero las palabras y las designaciones darán mucha tela por donde cortar, en un país en que la política es toda una sastrería. Ya llegada la tarde y noche de hoy, o mañana miércoles, se pasará balance de todo lo ocurrido. De los bufetes directivos en los ayuntamientos de cada municipio, pero igual de su comparecencia ante la augusta sala del Congreso Nacional y de los responsables de las tareas de gobierno. De seguro que, como siempre se dice, no se llenarán las expectativas, pero sí habrá material para largas y frecuentes conversaciones de semana…