¡Murió don Luis!

Su esposa Miriam, sus hijos, sus hermanos, sus amigos --tanta gente que lo quiso por su extraordinaria condición humana--, lloran la muerte de Luis Taveras Andújar ocurrida ayer en Cedimat, el centro de salud que creó junto al cardenal López y su tío Juan Taveras Rodríguez.

Una violenta complicación pulmonar que le neutralizó la función renal lo redujo en cuestión de dos o tres semanas y la vida se le fue apagando hasta que expiró en las primeras horas de ayer domingo por un paro respiratorio.

Con don Luis perdemos a un ciudadano de gran sensibilidad social, a un profesional destacado, empresario de grandes iniciativas y a quien le correspondió tomar decisiones históricas en momentos de grandes aflicciones políticas para el país.

Fue actor de primera línea en acontecimientos de trascendencia como las crisis políticas de 1978 y de 1986, en las que actuó con notable discreción para preservar la institucionalidad democrática, siempre en la equidistancia de las fuerzas que se disputaban el poder y reclamaban recíprocamente la razón.

En la vida pública también se distinguió en posiciones como ministro de Turismo, de Hacienda, director de Corde, del IDSS, miembro de la Junta Monetaria, del Consejo de Administración del Banco de Reservas; fue por tres períodos presidente de Fundapec y trabajó en la reformulación de la educación pública.

… Su calidad humana Don Luis fue hombre de virtudes humanas poco comunes y jamás permitió que sus buenas acciones trascendieran más allá de su círculo íntimo. Se empeñó en dar apoyo desinteresado a quien lo requirió, pero su mayor empeño fue de orientación a las nuevas generaciones.

Desde joven se vinculó al sector financiero y desde posiciones ejecutivas en la banca privada llegó a ser por casi una década miembro de la Junta Monetaria, mientras dirigía las operaciones de la multinacional IBM para América Latina, posición de la que renunció en 1990 para ocupar la dirección de Corde.

Por todas las instituciones que pasó dejó una impronta por su capacidad de organización y por rodearse de un equipo humano de alta calidad gerencial tanto en el sector público como en el privado. Su creatividad, incluso, llegó a crearle conflictos de intereses en instancia de poder siempre renuentes a los cambios.

En todos los casos, sin embargo, pudo superar tales contradicciones por su amistad, primero con el presidente Balaguer y luego con Leonel Fernández, que lo ocupó como presidente de consejos de directores de varias instituciones públicas.

Cedimat fue su creación… Su paso por la dirección del IDSS dejó en don Luis una inquietud que luego llevaría al presidente Balaguer para que incorporara a la Plaza de la Salud --cuya construcción apenas se iniciaba--, un centro de diagnóstico y telemedicina que sirviera de referente a la práctica hospitalaria.

Balaguer le dijo que en el país no existía capacidad técnica y profesional para un centro de esa magnitud, y fue entonces cuando don Luis le recordó que en el Massachusetts General Hospital se encontraba el doctor Juan Taveras Rodríguez, su tío y viejo amigo del mandatario.

A Balaguer le sedujo la idea y mandó llamar al doctor Taveras, éste incorporó al cardenal López Rodríguez, su sobrino, y el resto fue buscar el nombre Cedimat, propuesto por el publicista Nandy Rivas en una reunión en la que yo estuve presente… De esto debe quedar constancia histórica… ¡Paz en su eternidad!