El checklist de David

Un checklist, o lista de comprobación, es un instrumento de gran utilidad en el mundo empresarial, en la vida cotidiana y muy especialmente en la lucha por el poder político. Todo nuevo funcionario debería hacer su checklist, no sólo de las tareas pendientes a partir de sus planes y promesas, sino a partir de las deficiencias (ciertas, medianamente ciertas, o mediáticamente creadas) del funcionario a quien sucede. Y tenemos muy recientes ejemplos.

MAHOMA VA A LA MONTAÑA El presidente Danilo Medina llegó al Palacio con su checklist de lo que no se había realizado; de lo que se había realizado, pero parcialmente, o mal, y de los errores más graves y criticados de los gobiernos del PLD. Lo primero que tomaron en cuenta quienes lo diseñaron fue el dato que sigue: doce años de gobierno, en un país donde un Presidente no es un funcionario público sino un dios coronado en Roma -porque en él todo comienza y todo termina-, son demasiados años, por lo que los inevitables círculos/anillos de poder que irremediablemente se van creando, van alejando al mandatario de sus mandados, de sus gobernados de a pie. De la comprensión de esa realidad, surgieron las celebradas “visitas sorpresa”, en donde Mahoma viaja a la montaña, agarra una silla de guano después de comprar dulce de leche con coco tierno en Paya, y sólo en compañía del general, de Carlitos, Peralta o Castillo, se sienta a dialogar con ella, con la montaña popular, con la soberana montaña, o sea, con un Juancito Pérez Vidal, alias Tito, y sus compañeros de una asociación de lo que sea para ser mejores y construir el país levantando familias de trabajo con el suyo.

ESTANCIAS INFANTILES Y ALFABETIZACIÓN CON RETRASO En ese checklist palaciego no podía faltar la campaña nacional de alfabetización, con 16 años de retraso, o sea Quisqueya Aprende Contigo para “herir de muerte a la ignorancia (Ö), y sembrar de letras todo nuestro horizonte” y también de escuelas, como se ha sembrado. En ese cheklist están las “estancias infantiles” que una ley mandaba hace mil años, o el “sistema de unidades de atención primaria de salud”, y en esa línea. Cierto es que la oposición al PLD “para lo que alumbra apagada es que luce”, como no es mentira que en su infinita torpeza confundieron los toros, atacaron al que no era, y al errar fortalecieron al que sí era. Pero nada de esto debe restar valor y utilidad al checklist del Presidente and friends.

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE DAVID Ahora toca el turno a David Collado, que viene a sustituir en la alcaldía del Distrito a Roberto Salcedo, quien el 16 de agosto cumplirá 14 años en la posición, dos más que Fernández en la Presidencia, pero los efectos son los mismos. Salcedo tiene luces y sombras que mostrar. Lógicamente, el checklist de David no podrá ser de las luces sino de las sombras, o sea, a partir de las carencias de la gestión de Roberto. Por eso, no insistirá en las funerarias municipales o en parques barriales para niños, ni hablará del socialmente hermoso acto de, en distintas fechas del año, trasladar al muchacherío barrial a SU parque de las luces, o su semana santa en El Malecón; que la ciudad, según Pericles, el griego, es de todos, aunque a veces, parecemos olvidarlo. No. Con otro nombre, tal vez en otro lugar y con otras formas, el Parque de las Luces seguirá, se cantará en el anfiteatro y habrá entretenimiento popular en Semana Santa. Anótenlo.

UN ALCALDE AD HOC ¿Que cuáles puntos tendrá el checklist de Collado? Pues, los que las sombras de Roberto sugieran. El propio Collado acaba de citar algunos: seguridad, -(incluida la seguridad de los cementerios)-, rescate de los arrabalizados mercados públicos, reconstrucción de aceras y contenes, recolección de basura por las nochesÖ y todo lo que haga falta hacer, ahora con la mano amiga de un Ministro de Obras Públicas, que de tan eficiente y preocupado por la ciudad parece un alcalde Ad hocÖ con checklist y todo. Pues síÖ con su permiso.