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PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA

El sorprendente Juan Pablo II.

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Manuel P. Maza Miquel, S.J.Santo Domingo

Juan María Laboa analiza así el pontificado de Juan Pablo II: el papa se consideraba un nuevo Gregorio VII (Ü1085) llamado a reformar una Iglesia que juzgaba en “grave decadencia”, “esto le llevó a ejercer el poder con voluntad inflexible, actuando a menudo con dureza, cuando lo consideraba necesario, sin gran respeto por las personas o por sus itinerarios eclesiales, exigiendo a los teólogos una estrecha colaboración con el magisterio que, de hecho, ha significado mayor control de la libertad teológica de la Iglesia”. Limitó las secularizaciones de sacerdotes, intervino personalmente la Compañía de Jesús, vio en varios movimientos, entre ellos el Opus Dei y los Legionarios de Cristo los llamados a reconstruir el tejido eclesial. Conservó el control del episcopado que los papas han tenido desde los tiempos modernos. “Cambió jerarquías enteras sin tener en cuenta el parecer del pueblo creyente ni de los obispos del país y nombro obispos de una línea, siempre de la misma, para cambiar mayorías en las conferencias episcopales.” (2005, 506 y ss). Se ha dicho que Juan Pablo II intentó aplicar a la Iglesia Universal los principios que garantizaron la victoria del catolicismo polaco contra el invasor soviético: unidad monolítica en la doctrina y la disciplina.

Durante su pontificado publicó cinco libros a nombre de Karol Woytila

“Canonizó a cuatrocientos ochenta y dos santos, muchos más que todos sus predecesores juntos, y beatificó a mil trescientas treinta ocho personas” (John O’Malley, 2011, 345). JP II estaba convencido de que los jóvenes necesitan modelos concretos a seguir. Laboa relata cómo estas beatificaciones sacaron del anonimato a personas cuyas vidas significativas hubieran sido ignoradas. En ocasiones, estas beatificaciones suscitaron vivas controversias que duran hasta el día de hoy. Suscitó el rechazo y sobre todo admiración, veneración y para algunos, una lealtad casi sectaria. Juan Pablo II, polaco convencido de la necesidad de una Iglesia institucionalmente fuerte, era también un santo abierto a las inspiraciones del Espíritu. Por ejemplo, en 1981 designó una comisión para revisar todo el caso de Galileo Galilei (1564 - 1642).

Durante el jubileo del 2000, Juan Pablo II pidió perdón en nombre de la Iglesia: por los errores, infidelidades, incoherencias y lentitudes” por las formas de “anti testimonio” y de “escándalo” de las que se han hecho protagonistas “sus hijos” en el transcurso de los últimos mil años. “Confesamos nuestra responsabilidad de cristianos antes los males actuales. Ante el ateísmo, la indiferencia religiosas, el secularismo, el relativismo ético, la violación del derecho a la vida, el desinterés por la pobreza de muchos países, no podemos no preguntarnos cuáles son nuestras responsabilidades.” Llamó a los fieles y a los obispos a reconocer nuestros pecados (Laboa, 2005, 514). La visita que realizara el papa el 13 de abril del 1986 a la sinagoga de Roma sirvió de marco para una petición de perdón al pueblo de Israel. Que se sepa, era la primera vez que un papa entraba en una sinagoga. Más tarde, la Comisión Teológica Internacional plasmó en estos términos esa petición de perdón: “Hubo, sin duda, muchos cristianos que arriesgaron su vida para salvar y ayudar a sus conocidos hebreos. Pero parece igualmente verdad que, ´junto a tales hombres y mujeres valerosos, la resistencia espiritual y la acción cristiana de otros cristianos no fue la que se hubiera debido esperar de discípulos de Cristoª. Este hecho constituye una apelación a la conciencia de todos los cristianos de hoy, capaz de exigir ´un acto de arrepentimiento (teshuva)ª y de convertirse en acicate para redoblar los esfuerzos por ser ´transformados mediante la renovación de la menteª (Romanos 12,2) y por mantener una ´memoria moral y religiosaª de la herida infligida a los hebreos” (Memoria y reconciliación, No. 5, 7 de marzo, 2000).

Muchos veían en el Cardenal Ratzinger a su sucesor.

El autor es Profesor Asociado de la PUCMM, mmaza@pucmmsti.edu.do

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