Triunfo de la Constitución y la vida
El pasado martes 19 la Cámara de Diputados aprobó de urgencia en dos lecturas el proyecto de Código Penal, suprimiendo el Párrafo del Artículo 110 que legalizaba el aborto en determinadas circunstancias como la malformación, la violación y el incesto.
El párrafo eliminado fue el eje principal de la observación del Presidente Danilo Medina en el año 2014, que fuera aprobado en la Cámara de Diputados y declarada ley de la República, y posteriormente considerado inconstitucional por el TC por incumplimiento de las formas y procedimientos de aprobación.
En esta oportunidad, contrario a la anterior, el bloque de diputados del PLD votó de forma unánime a favor de suprimir el párrafo del Artículo 110, lo que indica claramente que el Presidente Danilo Medina rectifi có la posición expuesta en su observación a la anterior aprobación, con lo cual protegió la vida y respetó la Constitución de la República, lo que he saludado y reconocido públicamente.
Los pro aborto inmediatamente han iniciado una ofensiva mediática tendente a volver a presionar al presidente Danilo Medina para que impida la aprobación en el Senado de la República del Código Penal, con la supresión del párrafo del Artículo 110, e igualmente, si éste fuera aprobado, que proceda a observarlo nuevamente.
El argumento central y propagandístico de los pro aborto de que se está penalizando la interrupción del embarazo para salvar una madre en peligro quedó sepultado, ya que el Código Penal establece en su Artículo 110 que se hará todo lo posible por salvar las dos vidas, por lo que no será punible que en ese procedimiento, llevado a cabo por facultativos de la medicina, se tenga que sacrifi car la vida del niño.
Igualmente, se ha apelado al califi cativo ideológico para tratar de denostar las posiciones de quienes defendemos el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte, alegando que somos atrasados, ultraderechistas, cavernarios, y que los pro aborto son, por el contrario, mentes liberales, avanzados y progresistas..
Por eso he creído oportuno transcribir en este artículo párrafos del veto presidencial del 14 de noviembre de 2008 de un jefe de Estado, médico, izquierdista, liberal y avanzado en contra de la legalización del aborto. Me refi ero al presidente de Uruguay, Dr.
Tabaré Vásquez, que expresa íntegramente lo siguiente: (Citamos) “..… Hay consenso en que el aborto es un mal social que hay que evitar.
Sin embargo, en los países en que se ha liberalizado el aborto, éstos han aumentado. En los Estados Unidos, en los primeros diez años, se triplicó, y la cifra se mantiene: la costumbre se instaló.
Lo mismo sucedió en España”.
“…La legislación no puede desconocer la realidad de la existencia de vida humana en su etapa de gestación, tal como de manera evidente lo revela la ciencia. La biología ha evolucionado mucho.
Descubrimientos revolucionarios, como la fecundación in vitro y el ADN con la secuenciación del genoma humano, dejan en evidencia que desde el momento de la concepción hay allí una vida humana nueva, un nuevo ser. Tanto es así que en los modernos sistemas jurídicos –incluido el nuestro– el ADN se ha transformado en la ‘prueba reina’ para determinar la identidad de las personas, independientemente de su edad, incluso en hipótesis de devastación, o sea cuando prácticamente ya no queda nada del ser humano, aun luego de mucho tiempo.
El verdadero grado de civilización de una nación se mide por cómo se protege a los más necesitados. Por eso se debe proteger más a los más débiles.
Porque el criterio no es ya el valor del sujeto en función de los afectos que suscita en los demás, o de la utilidad que presta, sino el valor que resulta de su mera existencia.
…Por otra parte, al regular la objeción de conciencia de manera defi - ciente, el proyecto aprobado genera una fuente de discriminación injusta hacia aquellos médicos que entienden que su conciencia les impide realizar abortos, y tampoco permite ejercer la libertad de conciencia de quien cambia de opinión y decide no realizarlos más”.
“…Este texto también afecta la libertad de empresa y de asociación, cuando impone a instituciones médicas con estatutos aprobados según nuestra legislación, y que vienen funcionando desde hace más de cien años en algún caso, a realizar abortos, contrariando expresamente sus principios fundacionales”.
“…El proyecto, además, califi ca erróneamente y de manera forzada, contra el sentido común, el aborto como acto médico, desconociendo declaraciones internacionales como las de Helsinki y Tokio”. “De acuerdo a la idiosincrasia de nuestro pueblo, es más adecuado buscar una solución basada en la solidaridad que permita promocionar a la mujer y a su criatura, otorgándole la libertad de poder optar por otras vías y, de esta forma, salvar a los dos. Es menester atacar las verdaderas causas del aborto en nuestro país y que surgen de nuestra realidad socioeconómica”.
“…Existe un gran número de mujeres, particularmente de los sectores más carenciados, que soportan la carga del hogar solas. Para ello, hay que rodear a la mujer desamparada de la indispensable protección solidaria, en vez de facilitarle el aborto”.