David Collado, un hombre de poco hablar

DE POCAS PALABRAS.- A David Collado no hay que sacarle las palabras con cucharita, pero no es un hombre de mucho hablar, o por lo menos no comparece con frecuencia en los medios, como la mayoría de los políticos.

Conviene, pues, rastrear sus intervenciones, ya que permiten hallazgos interesantes: perlas de indudable valor o datos para su biografía. Él no lo sabe, pero es un verdadero desconocido, y posiblemente en lo que se dice de él haya más fábula que realidad. Culpa suya, y no del tiempo ni de España. Por ejemplo, en el último número de la revista Mercado aparece una entrevista de lo más reveladora.

Durante todo el proceso de lucha interna las murmuraciones no cesaron, pero nada se aclaraba, y lo que se creía, se creía porque había que creerlo. Pocos supieron que en determinado momento renunció a la candidatura. Él lo cuenta de esta manera: “ Mi lema es no tener enfrentamientos y en diciembre les dije a las autoridades de mi partido que solo quedaban cinco meses para hacer campaña. El 3 de enero envié mi carta de renuncia. El 15 de enero el Tribunal Constitucional dictó un fallo a favor de un dirigente que quería ser candidato. Yo me retiré del proceso. Pero luego, este dirigente se fue a otro partido y me buscaron…”…

DINERO DE DELEGADOS.- Este sería uno de los tantos episodios de campaña que debieran explicarse o conocerse más a fondo. José --Dorín– Cabrera intriga con un hecho capital. Se pregunta cómo es que en determinadas demarcaciones el candidato local (esto es, el alcalde) ganaba, y no así el nacional (es decir, el Presidente). Antes de que David Collado fuera incluido en la boleta del PRM en la capital, ya figuraba en la del PRSC. Collado fue primer candidato del PRSC y después del PRM, aunque el grueso de los votos lo consiguió a través de su partido. Los reformistas le aportaron un 12 %. Ahora, entre los muchos chismes de campaña, hay uno que se refiere al financiamiento del día de las votaciones. A Collado le habrían dicho que hacían falta 14 millones de pesos, y el candidato gritó, como era justo que hiciera. Dijo que había cargado con el costo de la campaña en el Distrito Nacional, y que no era el único candidato…

FUTURO DE HEREJE.- Lo que se comenta ahora es que Collado dio 7 y medio millones de pesos, un poco más de la mitad, que Alberto Atallah, candidato a senador, un millón, y que el PRM, volteándose los bolsillos, más o menos medio millón. Esa autarquía, ese dominio económico de su candidatura, es lo que justifica que el alcalde electo no se deje ver de los lobos hambrientos, de las boas desesperadas, que quieren tomar para sí el botín ajeno.

Collado tenía demasiado patrocinio para que sin más ni más lo dejaran pasar, o facilitaran su ascenso, pues disputaba la alcaldía del Distrito Nacional, pero su perfil apuntaba más alto. Luis Abinader no buscó votos debajo de las piedras como Danilo Medina, pero sí supo darse cuenta de las piedras que podría encontrar más adelante en el camino. Y no estoy inventando. Las casas de subasta de Estados Unidos y de Inglaterra, que son las más famosas, se afanaron en su momento por una foto en que aparecieran juntos en campaña Abinader y Collado, y no pudieron conseguirla y menos ponerla a la venta…

LOS CAPÍTULOS.- Como en el PLD andan buscando culpables de la derrota de Roberto Salcedo en la capital, y todavía la carta de Josefina Pérez Gaviño no provoca persecución, sometimiento y condena, David Collado, en su entrevista a la revista Mercado, da un dato que intriga, y posiblemente revele. Después de lamentarse de que Salcedo no lo llamara para felicitarlo, sino que a los tres días le envió una carta, dijo lo que no se sabía, lo que el Palacio Nacional nunca informó: El presidente Danilo Medina sí lo llamó, y lo hizo al día siguiente, como a las 9 de la mañana. Misión cumplida de parte y parte. No más palabras, magistrado. Sherlock Holmes, si sigues buscando es porque quieres, y Watson se impacienta. Díselo con tus conocidas palabras: Elemental, mi querido Watson. La verdad es que faltan capítulos de la pasada campaña, e igual del día de las elecciones, y como del Quijote, sin dudas, aparecerá una edición de autor falso, y otra del propio Cervantes. En una deliciosa novela de Agatha Christie, la historia la cuenta el mismo muerto…