Soledad Álvarez, autobiografía en el agua

La propuesta poética de Soledad Álvarez, autobiografía en el agua, nos conduce -como toda autentica poesía- a varios senderos, todos ellos válidos, cuando se trata de una obra literaria que respeta y valora cada una de las palabras que utiliza para arribar a un puerto seguro.

Algunos piensan que la poesía latinoamericana concluyó su nivel de excelencia, cuando Saúl Yurkievich nos legó el libro ®Fundadores de la Nueva Poesía Latinoamericana®, (Vallejo, Neruda, Huidobro, Borges, Paz, Oliverio Girondo y Lezama). A partir de ese momento han surgido decenas de poetas a lo largo de nuestra historia y en todos los países con obras innovadoras que han enriquecido el panorama lirico.

Lo que sin dudas ha fallado son algunas propuestas extremas y excluyentes ya sea de temas políticos, conversacionales, neobarrocos, neorrománticos o imitadores sin éxito de la antipoesía.

Soledad entendió por su búsqueda de lo nuevo y su iluminadora creatividad, que era posible integrar lo mejor del pasado para plasmarlo en su obra poética y de ahí lo logrado en su más reciente publicación.

Diversa y amplia a primera vista, pero que leída como conjunto advertimos que una mano diestra conduce los versos para que coliden y nos traigan ideas preñadas de luz. Lo concreto y lo abstracto, lo palpable y lo imaginable, el cuestionamiento a lo divino y a lo humano, trazan líneas de integración. Este texto se mueve entre la realidad personal y lo histórico-social que alimenta esta poesía como un filtro que guía a los lectores a un fluir que nos deja siempre con el interés de la continuidad en la lectura. Entonces nos refugiamos en la relectura y descubrimos la existencia de un producto que como los manjares se degustan con el cuerpo y con el pensamiento al mismo tiempo. Soledad es parte de un grupo de mujeres poetas que han renovado a la mejor poesía de nuestra lengua, junto ella, otras como: Soledad Fariñas, Alicia Borinsky, Tamara Kamenszain, Márgaret Russotto, Coral Bracho, Gioconda Belli, Lourdes Vásquez, Yolanda Pantín, María Auxiliadora Álvarez, Vanessa Gros, Reina María Rodriguez y Marosa di Giorgio.

Como verdadera escritora, ella inscribe en cada texto su individualidad, su voz; no parece preocuparse por lo que está de moda, aunque esta siempre alerta de las nuevas corrientes literarias, las examina y continúa en sus raíces sin descuidar la renovación, aspecto que no parece provenir del exterior sino de su mismidad.

Los invito a leer esta obra, convencido de que al final experimentarán la sensación de que la poesía es un género literario de primera magnitud cuando lo asume como en este caso, una poeta de la dimensión estética de Soledad Álvarez.