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ORLANDO DICE

Núñez Collado se metió en camisa de once varas

RIESGOS ANTICIPADOS.- Monseñor Agripino Núñez Collado corre el riesgo de que le pase lo que a Roberto Rosario, el presidente de la Junta Central Electoral. El segundo quiso hacer las mejores elecciones del mundo y hasta amigos entrañables perdió en el proceso. El primero quiere complacer amigos, y se metió en camisa de once varas, mediando entre partidos y políticos, y posiblemente se quede con la carabina al hombro. No podrá cazar a todos los pájaros. Unos seguirán en la jaula y otros se irán volando. Lo peor de todo es que no podrá quejarse, pues la oposición lo puso en auto desde el primer momento, y sabe por experiencia que el gobierno siempre anda a la búsqueda de una excusa para cubrirse. La carta que in extenso publicara el PRM en el periódico Hoy, lo mismo que las del PRSC, conocida en parte, dejan en claro que el propósito de ambos partidos supera lo que en principio acepta el PLD. El PLD se preocupa de la forma, PRM y PRSC del contenido. El PLD quiere la ley y el PRM las posiciones. El PRSC en ese aspecto prefiere la equidistancia...

ORDEN DE FACTORES.- La oposición quisiera que monseñor Agripino Núñez Collado le ganara la partida, obligando al gobierno a ceder, que fue lo mismo que quiso con Roberto Rosario: que amarrara tanto al candidato oficial que este no pudiera ni siquiera hacer sombra encima del cuadrilátero. Si el diálogo no continúa, o no se logra el resultado apetecido, culpas del prelado, y no de la intransigencia de las partes. Los estrategas del PRM piensan que el orden de los factores no altera el producto, y que lo mismo da empezar por el final que terminar por el principio. Las leyes debieran ser primero si entre los aspectos a considerar estaría el perfil de los titulares de la Junta Central Electoral y el Tribunal Superior Electoral. Las leyes debieran ser primero si se recuerda lo elemental. Las convenciones de los partidos deberán celebrarse a partir del año que viene, en tanto que las próximas elecciones serán en el 2020. La sospecha se hace evidencia. No se quieren normas que afecten el orden interno de los partidos, por lo menos en lo inmediato, pues las cúpulas están interesadas en conservar los mandos...

TODOS SIN EXCEPCI”N.- La posición del PRM es radical, y reniega de los juegos de tronos, pues habla de renovación total o completa de los órganos electorales ( y por igual de la Cámara de Cuentas ), y se opone al acostumbrado cambio de jurisdicción. Que uno que estuvo en la JCE vaya al TSE o a la CC, y viceversa. Quiere ruptura, no acomodamiento. Fichas nuevas y no barajar las viejas. En el caso de la Junta Central Electoral, no solo quiere llevarse de paro el pleno, sino los cuerpos técnico y administrativo. Que no quede nadie que huela o recuerde a Roberto Rosario. Se iría hasta el responsable de prensa, Félix Reyna, a pesar de tener tan buenos amigos en el Partido Moderno. ¿Y qué de Eddy Olivares, y qué de César-Quico-Félix, y qué de José Angel-Jochy-Aquino? Atila, el rey de los Hunos, se sentiría reconocido en estos días y con estos procedimientos, pues no hay dudas de que al paso de los caballos de Andrés Bautista y Jesús Vásquez la hierba en la Junta no volvería a crecer. Sería una especie de consigna: ¡Qué la yerba mala no retoñe!...

EL REPARTO VA.- El PRM en su carta a monseñor Agripino Núñez Collado insiste en lo imposible: “ ... que los integrantes del TSE, de la JCE y de la Cámara de Cuentas deberán ser personalidades con absoluta independencia partidaria y probidad incuestionables”. Y no se explica que insista en este punto, sabiendo como sabe la alta dirección de ese partido que tiene boas hambrientas esperando su ración, y que no van a permitir que esas posiciones vayan a manos que no sean las propias. ¿Atajar para que “notables” enlacen? Nunca. Incluso ya se empiezan a oírse o pronunciarse los consabidos: “¡A mí hay que matarme...”. Y la verdad es que esos incontaminados, impolutos, sean en moral o en política, no aparecen. La lista ofrecida recientemente por una entidad de esas que meten la cuchara en todos los platos, no dejó dudas. Fuera de los partidos no hay personal que pueda asumir las responsabilidades de las altas cortes. El reparto puede disimularse, pero será reparto al fin...

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