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En la diana

Primer tiro Durante la semana pasada varios empresarios importantes denunciaron una supuesta escasez de dólares, y algunos de ellos plantearon que alguien estaba acaparando la moneda extranjera. Las evidencias y los datos disponibles no sustentan ni avalan estos planteamientos. Para que los mismos sean verdaderos se tendrían que cumplir, simultáneamente, las condiciones que se citan a continuación. En primer lugar, la oferta de dólares tendría que estar bajando y el precio (el tipo de cambio nominal) tendría que permanecer fijo. En el periodo enero/mayo las ventas netas de las entidades financieras y los agentes de cambio disminuyó en 0.9% con relación al mismo periodo del año anterior, pero el tipo de cambio de venta aumentó en 0.8%, también durante ese mismo periodo, lo que quiere decir que el precio de la moneda extranjera se movió hacia arriba casi exactamente en la misma magnitud que la oferta de dólares se movió hacia abajo, lo que equivale a decir que el tipo fue elástico con respecto a la oferta de divisas. Por tanto, esta primera condición no se cumplió.

Segundo tiro En segundo lugar, los fundamentos macroeconómicos determinante del tipo de cambio tendrían que estar deteriorándose y el tipo de cambio nominal mantenerse fijo. La inflación acumulada hasta el mes de junio fue de 0.17%, y la anualizada, medida a ese mes contra el mismo mes del año anterior, fue de 2.3%. A junio la devaluación acumulada era de 0.94%, es decir, la devaluación fue equivalente a 5.5 veces el monto de la inflación, lo que significa que los receptores y generadores de divisas ganaron poder adquisitivo cuando cambiaron sus dólares a moneda nacional. El comportamiento de los precios del petróleo, las remesas, el turismo, las exportaciones y las demás variables determinantes del déficit corriente con el exterior, ha sido en términos netos, favorable a la economía nacional. Y adicionalmente, la entrada el pasado día 7 del mes en curso de US$561.3 millones de venta de bonos soberanos, demuestra que dicho déficit corriente tiene un financiamiento asegurado a través de las cuentas de capitales. Por tanto, esta segunda condición tampoco se cumplió durante el primer semestre.

Tercer tiro En tercer lugar, el tipo de cambio nominal, los precios internos de los bienes y servicios transables y los precios internacionales tendrían que estar determinando un tipo de cambio real por debajo del necesario para mantener el equilibrio interno (pleno empleo en el sector que produce bienes y servicios transables) y el equilibrio externo (una demanda interna de transables que produzca un déficit corriente con el exterior sostenible y financiable). El índice de precios en general y el de los bienes y servicios transables creció más que el índice de precios en los Estados Unidos, lo que sumado al aumento del tipo de cambio nominal ya citado, ha producido un aumento del tipo de cambio real que ha favorecido a los perceptores de remesas y a los generadores de divisas. La conclusión es que la tercera condición tampoco se cumplió. Si y solamente si las tres condiciones anteriores se cumplieran, la escasez y el acaparamiento fueran el resultado lógico y esperado de actividades especulativas. Pero como todo el mundo sabe que el tipo de cambio es equivalente al precio real del dólar, no se puede esperar que ningún inversionista racional esté acaparando dólares, pues simultáneamente también estaría acaparando perdidas.

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