La tendencia de la banca

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Daris Javier CuevasSanto Domingo

Las entidades bancarias, en el mercado financiero, juegan un rol trascendental en la dinámica de la economía, el sistema de pagos y el movimiento de dinero entre los diferentes sectores que participan en el circuito de financiación. Tal realidad es comprobada en el hecho de que es una constante de que existen transferencias de fondos de agentes que tienen superávit, así como agentes que tienen déficit, en ambos casos de lo que se trata es de inversionistas que colocan su capital en la compra y venta de activos financieros, y agentes que necesitan fondearse para cubrir sus operaciones diarias.

Este proceso de intercambio de fondos se produce en el marco de que existen unos participantes en el mercado financiero que tienen interés de multiplicar su capital mediante la localización de una rentabilidad atractiva, lo cual los convierten en inversionistas, y pueden hacerlo tanto inversionistas institucionales, así como personas físicas, en tanto que existen las unidades deficitarias que requieren recursos, y accesan.

Ese proceso dinámico que se produce en el mercado financiero, genera un fuerte movimiento de inversiones y deudas con grandes repercusiones en la actividad, de tal suerte que condiciona el comportamiento del PIB y los demás mercados que operan en la economía. Pues en función del grado de liquidez, entonces, los valores negociables tienden a ser atractivos o no, fruto de tal situación se impulsan una amplia gama de títulos que tienen vocación para hacer de las inversiones el mecanismo mediante el cual los inversores toman las grandes decisiones financieras, y esa es la razón fundamental de los grandes volúmenes de fondos que se transan en los mercados financieros internacionales.

Es en ese contexto que se puede interpretar el hecho que en más de un 85% las entidades bancarias en el mundo tienen una alta dependencia en gran medida de sucursales para lograr satisfacer y ejecutar los servicios que ofrecen. Múltiples estudios ya comienzan a reflejar que de cara al 2017, más del 55% del consumo global será realizado por las nuevas generaciones del presente siglo, lo cual estará caracterizado por el uso intensivo de la conectividad online, en el cual las entidades bancarias servirán de plataforma, lo que sugiere un escenario desafiante para las instituciones financieras que las obliga a comenzar una fuerte revolución de servicios, lo cual ya se está expresando en USA en el hecho de que el 90% de las entidades bancarias ya han puesto en marcha una gran estrategia digital para captar la atención de la generación de los próximos 30 años, ya que se ha previsto que la tendencia en los próximos cinco años, es que los clientes no requerirán más las sucursales.

Para enfrentar los desafíos que impone la revolución tecnológica, las entidades bancarias ya han elaborado una intensa estrategia de comunicación corporativa y adaptación de servicios: que incluyen aplicaciones bancarias para tablet o funcionalidades de pago móvil, redes sociales para realizar transacciones bancarias, el acercamiento al Internet por una computadora, utilizando un Smartphone, así como utilizando empleados digitales, lo que está obligando a los bancos a impulsar la cultura digital como mecanismo efectivo de estar más cerca de sus clientes, no tan solo asumirlo como slogan corporativos, básicamente para aquellos que buscan ser líder en su segmento.

Pero resulta que la innovación tecnológica obliga a las entidades bancarias adaptarse rápidamente a los avances de la tecnología para satisfacer las necesidades de las presentes y futuras generaciones ya que actuar de espaldas a la realidad se convierte en la principal amenaza del negocio bancario, en virtud de que esa es la tendencia hacia donde se inclina el sector ya que éste ha tenido como soporte a la tecnología en su proceso de transformación.

Los ejecutivos de las entidades bancarias, cada vez más, están convencidas que la competencia del sector ha de migrar hacia el área de pago digital, lo cual es el gran desafío ya que también implica la presencia de riesgos en lo tecnológico y lo operacional, acompañado de altos costos financieros. Sin embargo, el sector bancario se enfrenta a importantes retos en los próximos años entre los que se destacan una reconducción estratégica del negocio ya que en el futuro del sector bancario equivale a preguntarse cómo las entidades financieras responderán a un entorno con una regulación más exigente, con amenazas ascendente de riesgos, con un orden geopolítico internacional dominado por la globalización y por la disparidad entre los países de economías emergentes y los países desarrollados.

Ahora bien, los bancos están obligados a ser ágiles y rápidos asumiendo el riesgo con el menor nivel de fracaso posible, pues de esta forma serán más eficaces al momento de asumir cualquier pérdida. Pero una vez más se pone de manifiesto que los bancos, el regulador y los depositantes han de ser aliados, para lograr establecer la conexión emocional con sus clientes, teniendo como norte la transparencia y la confianza como los pilares fundamentales y esa es la tendencia de la banca.

El autor es economista

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