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En la diana

Primer Tiro La necesidad de asegurar que el año cierre con un déficit del Sector Público no Financiero de RD$ 75,589.2, un aumento de carácter permanente en la sostenibilidad fiscal producido por la eliminación de una parte de las exenciones tributarias, y la demanda de aumentar el impacto del gasto público en el bienestar y el crecimiento mediante la aplicación de criterios de rentabilidad social en la programación y priorización de la inversión pública, fueron temas tratados en la última entrega de esta columna, los cuales originaron importantes comentarios y señalamientos. Con respecto al primer punto, el planteamiento básico consiste en la formulación de un presupuesto complementario orientado a reasignación del gasto mediante un cambio en la distribución institucional del mismo, y a una incorporación de una posible disminución de ingresos, tal y como lo sugiere la caída del 5% en los ingresos presupuestados en la principal institución recaudadora. El sometimiento de un presupuesto complementario al inicio del nuevo periodo de Gobierno enviaría un mensaje claro del nivel de compromiso con la sostenibilidad de las cuentas fiscales.

Segundo Tiro Un recorte a las exenciones fiscales podría reducir el gasto tributario en un 3% del PIB, pero la decisión de cuales exenciones eliminar será bien complicada, pues la cantidad de leyes y normas que las consignan son más de treinta, y los intereses son múltiples. Pero los puntos fundamentales a tomar en cuenta deberían ser las cuantificaciones de los beneficios y los costos (incluyendo las distorsiones de precios y la pérdida de productividad de la inversión privada) de tales exenciones. Algunas podrían tener más beneficios que costos, pero muchas no. El Presidente reelecto planteó la “revisión integral de las exenciones fiscales”, pero falta decidir si el aumento de ingresos (o reducción de gastos tributarios) se destinarán a reducir deuda o aumentar gastos, y este es un asunto crucial pendiente de una decisión. El planteamiento de esta columna es que en ausencia de choques internos y externos que reduzcan los ingresos tributarios, una parte de los recursos que produzca el recorte a las exenciones tributarias debería destinarse a producir un superávit primario que aumente la sostenibilidad fiscal.

Tercer Tiro La reforma necesaria para aumentar el impacto del gasto público en el bienestar y el crecimiento es una de las grandes tareas pendientes. La distribución por objeto del gasto de inversión pública debería hacerse incorporando las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y seleccionando los proyectos a ser ejecutados en función de una correcta medida de la relación entre todos los beneficios y los costos de cada uno. Los beneficios de inversión en agua y saneamiento ambiental superan los cien pesos por cada uno invertido, cifra que resulta astronómica cuando se compara con lo invertido en infraestructura pública. La incorporación explicita de la dimensión territorial a la programación de la inversión pública es un requisito para aumentar su eficiencia.

Hay que tomar en cuenta que la rentabilidad social de la inversión pública en agua y en adaptación al cambio climático aumenta en función del grado de vulnerabilidad del territorio o el municipio. Pero más que nada hay que tomar en cuenta que controlar el déficit y mantener la sostenibilidad fiscal son condiciones necesarias para tener un gasto público también eficiente y de alto impacto en el bienestar y en el crecimiento.

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