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PUNTO DE MIRA

Peligrosa acusación oficial

El Ministro Administrativo de la Presidencia acusa a la oposición de intentar entorpecer las elecciones generales del pasado domingo día 15 y que para ello trajo al país a un colombiano que jaquearía la JCE.

Esta grave denuncia apunta hacia la familia Abinader, porque José Ramón Peralta afirma que la empresa Sol de Plata Bávaro fue quien pagó la estada del sujeto que identifica. Ese negocio es parte del grupo económico del ex candidato presidencial del PRM.

Acusar no es probar. El siguiente paso del gobierno debía ser poner el caso en manos de la justicia. En caso contrario se quedará como una treta más de campaña electoral. Lo primero que se piensa es que el ministro Peralta hizo la denuncia para proceder a la acción judicial.

Peralta dijo, en un programa de televisión, que el gobierno tiene todos los datos, incluso sabe quién trajo al colombiano que haría el jaqueo, pero que la operación no se pudo llevar a término porque no se le permitieron.

Según la denuncia, el presunto delincuente estuvo en el país durante varios días. Al no ser apresado se piensa que el gobierno se enteró de la presunta trama después que el colombiano abandonó el país.

Sin embargo, esta denuncia lanzada al socaire de una alta posición gubernamental, parece involucrar al líder de la oposición. Este es lugar de estreno para Luis Abinader pero la administración de Danilo Medina debe sopesar los alcances de estar atosigando a los partidos contrarios en momentos en que aún el proceso electoral no culmina y muchos ánimos se caldean con facilidad.

Algún beneficio parece que podría obtener el gobierno con semejante acusación. Es posible que pretenda poner a la defensiva a los opositores que están medio encrespados. La supuesta trama también podría ser una patraña para desviar la atención de los temas electorales.

Como el ministro Peralta se guardó el nombre del presunto jaqueador se espera por la segunda parte de la trama. Faltaría develizar la operación completa con todos los pasos dados por el presunto espía colombiano: su área de operaciones; cómo se conectaba con los criollos que serían cómplices y su historial porque debe ser un delincuente bragado.

También aguardo por la respuesta de los Abinader porque lo acusan de tramar contra el proceso democrático. Abinader no es un chimicuÏ. El ejercicio de su liderato político mostrará que no está ñeco.

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