Necesarias explicaciones

Concluido el proceso electoral, con sus virtudes y defectos, los actores deberán rendir cuentas a la población.

Los ciudadanos fueron desde temprano a los colegios electorales y votaron. Lo hicieron en mayoría, en orden, hicieron sus filas y ejercieron su derecho al voto.

Los partidos de oposición, que no pudieron cuajar una gran alianza para enfrentar al PLD, ahora andan de la mano en el torno a un Luis Abinader que apura temerariamente por convertirse en ‘líder de la oposición’. Reclaman y vociferan ‘fraude’, ante la realidad de una votación récord que monta a poco más de 2,8 millones de votos obtenidos por Danilo Medina, candidato del partido oficial.

Son esos mismos opositores que se quejan de ‘alteraciones’ en el conteo de los votos, quienes se opusieron a que se implementara el proceso electrónico, que precisamente trataba de evitar que se le pusieran ‘las manos’ a los votos y las actas emitidas.

Por ello, son los partidos y la Junta Central Electoral quienes tienen que rendir cuentas y explicar una serie de cuestionamientos que la gente se hace:

La Junta deberá explicar: la denuncia sobre los técnicos, presidentes y secretarios de mesas que ‘desertaron’ 24 horas antes de las votaciones; los fallos en los equipos receptores de huellas y verificación de documentos en casi un 30% de los colegios electorales; el desorden registrado en varios colegios de votación y juntas electorales provinciales con votos, urnas y actas, ‘extraviadas’, ‘perdidas’, ‘alteradas’, no firmadas y que aún, nueve días después de las votaciones, son motivo de quejas e impugnaciones y de ‘justificativo’ de la violencia y los ‘porqués’ de la derrota.

ïLos partidos deberán explicar algunas ‘maniobras’ que ‘cuadran la cabeza’ a la gente: ¿cómo los militantes y simpatizantes peledeístas ‘cruzaron’ sus votos en la Capital, apoyando a Danilo y a Reinaldo al tiempo que rechazaban a Roberto?; ¿cómo aliados del PLD, como el BIS, votaron masivamente contra los candidatos de la alianza oficialista en Ocoa, Dajabón o Higüey, por ejemplo?; ¿cómo el PUN, un partido de 5,253 votos, para un 0,12% del sufragio general, haya sido factor decisivo con más de quince mil votos para candidatos municipales y congresuales perremeístas en varios municipios?

Las interrogantes son muchas más y como sociedad requerimos explicaciones convincentes que limpien el empañado panorama post electoral que se pretende imponer.