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ORLANDO DICE...

La labor de la JCE

LAS DESTITUCIONES.- El presidente de la Junta Central Electoral declaró, sin que nadie le preguntara, que las juntas municipales eran autónomas, como si de ese modo quisiera poner distancia con las situaciones que se originan en los pueblos. Quitarse de encima un fardo más pesado que un matrimonio obligado. Sin embargo, no interesan los presidentes municipales, aun cuando uno que otro fue galleteado y muchas amenazas se mantienen en pie. La bestia en persecución es la JCE, y en particular su presidente Roberto Rosario, culpable de todos los delitos posibles. El candidato derrotado Luis Abinader, en su primera comparecencia después de los comicios, pidió la destitución de la Junta, pero también del Tribunal Superior Electoral, sin que quedara claro el destinatario de la demanda. Participación Ciudadana sigue sus pasos, camina sobre sus huellas, e incluye la Cámara de Cuentas, de la que no se sabía que había prisa en salir de ella. ¿Qué habrá hecho Licelot Marte que sabe PC y no la opinión pública en general? ¿Por qué dejan fuera del paquete a la Suprema Corte de Justicia, al Tribunal Constitucional y al Tribunal Superior Administrativo, e instancias de igual juez?...

LAS ALTAS CORTES.- La petición no extraña, pues las llamadas altas cortes desde su nombramiento tienen de frente a sectores que, aun cuando objetan sus miembros, acuden a ellas en un acto de soberano masoquismo político. Tienen certeza de sus fallos, pero gozan con ponerlas a prueba. El “te lo dije” o el “lo dijimos” es una acta de consagración. No obstante, llama la atención que pidan lo que no se le puede dar de inmediato, pero que se producirá dentro de poco. El mes de agosto, por ejemplo. Todo el conocedor, o por lo menos enterado, sabe que habrá cambio en esos organismos: Junta Central Electoral, Tribunal Superior Electoral, Cámara de Cuentas, y todo por mandato constitucional. Si destituyeran ahora el Tribunal Superior Electoral ¿qué órgano público conocería los recursos de los candidatos que protestan la suerte corrida en los pasados comicios? Si hubiera que escoger un nuevo TSE para sustituir el actual ¿qué Senado lo haría? Sin dudas que el presidido por Cristina Lizardo. Leyendo el Catecismo de atrás hacia adelante me enteré que los necios no van al cielo...

¿A QUÉ LA PRISA? .- Los sectores que quieren salir rápido de la Junta Central Electoral, son los mismos que demandan la aprobación de las leyes Electoral y de Partidos Políticos, dos piezas que desde hace años duermen el sueño de los justos y que fueron - originalmente -- iniciativas de la Junta Central Electoral. Pensando como los locos, o teniendo en cuenta los actuales impasses ¿no debieran revisarse dichos proyectos y tomar en consideración situaciones que no fueron contempladas en su momento? Incluso, algo que no debe perderse de cuenta. Ese examen no podría hacer prescindiendo del autor principal. Esto es, el organismo de elecciones. Los partidos tienen experiencia desde afuera, el punto de vista de la observación, la óptica del efecto y de la afectación. La Junta, en cambio, conoce las interioridades, el día a día, su modus operandi. Ella debe por tanto cuidar su obra, y ninguna mejor que la actuante, que fue génesis y puede también ser final. ¿A qué la prisa? Que termine lo que empezó...

LO SABEN TODO.- Los partidos y los candidatos saben, todos, qué hizo mal y qué bien la Junta Central Electoral, incluso considerando uno a uno a los miembros. Los que gustan, y los que no gustan. Las denuncias, pero sobre todo las acusaciones responden a razones del momento. Cuando el organismo de elecciones termine su trabajo, y dé sus resultados finales, los partidos y los candidatos volverán sobre sus pasos, y las denuncias y las acusaciones serán entre sí. Como debe ser. El partero no puede ser culpable de que un muchacho nazca feo. Y por lo que se dice, todo lo malo ocurrió fuera de la Junta Central Electoral. La Junta, por ejemplo, no compró cédulas, ni vendió delegados, ni mandó a votar por candidatos contrarios. Ni discute, ni amenaza, y mucho menos pelea. Todas esas situaciones se dieron, se dan y se darán entre políticos. Y ya se sabe que si por mañas fuera, ninguno le gana al otro. Ahora que el sector oficial reacciona, y se descalifican de igual a igual, tal vez dejen a la “pobre Junta” hacer la parte restante del trabajo. Y entre sus tareas debiera estar el monitoreo del conocimiento y aprobación de las leyes Electoral y de Partidos Políticos....

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